Cuatro policías y un soldado turcos murieron este lunes en dos ataques del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda, en la provincia de Sirnak, en el sureste del Turquía.
Según informó la televisión CNNTurk, cuatro policías murieron, y otro resultó gravemente herido, por la explosión de una mina de control remoto en el vehículo blindado que los transportaba en la localidad de Silopi.
El vehículo policial fue atacado cuando entraba en una vecindad bastión del PKK en Silopi, donde el viernes pasado murieron tres civiles y un policía durante un enfrentamiento surgido cuando las fuerzas de seguridad intentaron retirar unas barricadas instaladas en la carretera para impedir su acceso al lugar.
Por otro lado, un soldado murió, y otro resultó herido, al ser alcanzado por un misil el helicóptero militar, modelo Skorsky, que los transportaba en la misma provincia.
También hoy, al menos cuatro personas murieron en Estambul, y 10 resultaron heridas, en un ataque suicida con coche bomba contra una comisaría y un tiroteo posterior con las fuerzas de seguridad que vigilaban el lugar, si bien hasta ahora no se ha a nadie la responsabilidad del atentado.
Además, el consulado de Estados Unidos en Estambul fue atacado hoy a balazos por un hombre y una mujer, la cual ha sido detenida, informaron los medios turcos.
La emisora CNNTürk, que a su vez cita a la agencia privada de noticias Cihan, dijo que los dos atacantes se enfrentaron a la policía tras tirotear al consulado.
Los ataques del PKK, por un lado, y los bombardeos del ejército turco contra bases de la guerrilla en el norte de Irak, así como la detención de cientos de personas supuestamente vinculadas al terrorismo kurdo, por el otro, se han intensificado desde el fin del alto el fuego el pasado 24 de julio.
Según la agencia semioficial Anadolu, una treintena de miembros de las fuerzas de seguridad y casi 400 rebeldes kurdos fueron asesinados en julio.