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El papa Francisco pidió amor, comprensión y solidaridad para los jóvenes que se dedican a la delincuencia por desesperación, en un discurso que dirigió a la juventud paraguaya y con el cual se despidió de este país católico y desigual en el cual durante tres días predicó en favor de una democracia más solidaria, con más justicia social y menos corrupción.

Tras su encuentro con los jóvenes, el papa partió rumbo a Roma tras tener una breve conversación privada con el presidente Horacio Cartes. Puso así fin a una gira sudamericana de ocho días, que antes lo llevó a Bolivia y Ecuador, y en la que insistió en criticar un sistema económico que sacrifica a la gente en función de la rentabilidad.

'La vida no es fácil para muchos jóvenes', dijo el papa en el encuentro con la juventud paraguaya, tras escuchar los testimonios de dos muchachos cuya vida fue marcada por la enfermedad, la explotación y el abandono. 'La desesperación los empuja a la delincuencia, al delito, a colaborar con la corrupción', agregó y pidió a todos los jóvenes que les den 'una mano con la solidaridad, con amor, con esperanza'.AP