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La ciudad de Baltimore (Maryland, EE.UU.) volvió a vivir este martes enfrentamientos violentos entre la Policía y manifestantes, que protestan por la muerte de un joven negro, tras el inicio del toque de queda decretado por el Ayuntamiento desde las 22.00 hora local (02.00 GMT del miércoles).

Aunque por el momento no existe el clima de violencia generalizada del lunes tras el funeral por el joven Freddie Gray, que murió por las lesiones sufridas cuando estaba custodiado por la Policía, y muchos de los vecinos se retiraron con el toque de queda, la Policía informó de disturbios en algunas zonas de la ciudad.

En esos puntos, los manifestantes lanzaron objetos contra los agentes y éstos respondieron con el lanzamiento de gas pimienta para forzarlos a dispersarse.

'Quienes no respetan el toque de queda están rechazando el cumplimiento de las órdenes de los agentes de la ley de que abandonen el área', indicó la Policía de Baltimore en su cuenta de Twitter.

La Policía informó de que se trata de un grupo de personas en actitud 'agresiva' que, además de atacar a los agentes, también han iniciado un fuego a las afueras de una biblioteca.

Dos mil miembros de la Guardia Nacional y otros mil policías patrullan hoy las calles de Baltimore para tratar de evitar que se repitan los violentos sucesos de ayer que se saldaron con varios agentes heridos y numerosos daños materiales.

A la Policía de Baltimore se han sumado efectivos de poblaciones y estados aledaños como Pensilvania, Nueva Jersey y el Distrito de Columbia, donde se encuentra la capital de EE.UU., Washington, para ayudar en un despliegue policial que ocupa gran parte de la ciudad.

En paralelo, también se han registrado disturbios en la localidad de Ferguson (Misuri), que ya fue escenario de fuertes enfrentamientos violentos entre la Policía y los manifestantes negros a finales del año pasado a raíz de la muerte a manos de un agente blanco del joven Michael Brown.

Una persona ha resultado herida tras ser disparada con un arma de fuego en la protesta que enfrenta a agentes y manifestantes precisamente en el lugar en el que murió Brown.