Andreas Lubitz nunca dio señales de que sintiera algo distinto a emoción por haber conseguido un empleo en la aerolínea Germanwings, de acuerdo con quienes lo conocieron cuando era un adolescente en este pueblo de las zonas montañosas del occidente de Alemania.
Integrantes del club de aviadores de su ciudad natal, Montabaur, donde renovó su licencia para pilotar aviones sin motor, dijeron que el hombre de 28 años parecía feliz de haber conseguido un trabajo en la aerolínea de bajo costo que pertenece al grupo Lufthansa.
Tras comenzar a trabajar en Germanwings en septiembre de 2013, Lubitz parecía animado cuando volvió al club de pilotos LSC Westerwald e.V en verano para renovar su licencia haciendo unos 20 despegues.
'Estaba feliz de tener el empleo en Germanwings y le iba bien', dijo Peter Ruecker, quien es miembro del club desde hace tiempo y lo vio aprender a volar. 'Estaba muy feliz, daba una muy buena sensación'.
El director del club, Klaus Radke, dijo que rechaza la conclusión del fiscal de Marsella acerca de que Lubitz puso al avión en descenso intencional y lo estrelló en los Alpes franceses cuando el piloto salió de la cabina.
'No sé cómo alguien puede llegar a esa conclusión antes de que la investigación esté finalizada', dijo. AP