Un grupo de expertos de la Osce se convirtió ayer en el primer equipo internacional en acceder al lugar donde hace tres días fue derribado el avión malasio en el este de Ucrania, en medio del temor por la posible destrucción de pruebas y el robo de cadáveres denunciado por Kiev.
Los investigadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (Osce) se internaron en el campo abierto junto a la localidad de Grabovo, en la región de Donetsk, donde permanecen desperdigados los cuerpos de las 298 víctimas del siniestro y los restos del avión.
El grupo, al que le fue denegado el acceso el pasado viernes, consiguió visitar ayer la zona a pie tras mantener una discusión con los milicianos armados que custodian el lugar, aunque se quejó de las trabas que les pusieron los rebeldes prorrusos.
'Si ustedes no me dejan hacer mi trabajo me quejaré a (Alexandr) Borodái (líder de los insurgentes prorrusos)', se dirigió a un comandante de las milicias el suizo Alex Hug, jefe de la misión internacional de la Osce para Ucrania.
Tras casi media hora de discusión, los expertos se resignaron a seguir la ruta marcada por los milicianos, que les impidieron abandonar la carretera que corta en dos el descampado salpicado por los restos de la tragedia con la excusa de no obstruir el trabajo de los servicios de rescate.
La zona, a unos 80 kilómetros de la capital regional, Donetsk, ofrece un espectáculo dantesco. Un gran fragmento del fuselaje del avión deja ver claramente el emblema de la compañía aérea Malaysia Airlines, a la que pertenecía el avión supuestamente abatido por un misil tierra-aire, de cuyo disparo Occidente acusa a los insurgentes apoyados por Rusia.
Otros trozos más pequeños del aparato están diseminados en una amplia zona entre numerosos cuerpos de hombres y mujeres que viajaban en el fatídico vuelo. La mayoría, 193, eran ciudadanos de Holanda, que se encuentra conmocionada por la tragedia
Las potencias occidentales del Consejo de Seguridad de la ONU denunciaron los supuestos obstáculos de las milicias prorrusas a la investigación y reclamaron acceso inmediato y sin obstáculos a la zona.
Reino Unido y Australia plantearon al Consejo la aprobación de una declaración en esa línea, pero el texto no logró el respaldo necesario, según aseguró en Twitter el embajador británico, Mark Lyall Grant. Efe