La migración de miles de niños centroamericanos hacia EEUU, que ha aflorado como un drama humanitario, es atizada por traficantes de indocumentados en cuyas manos esos menores corren peligro, según autoridades salvadoreñas y organismos internacionales.
Más allá de que un menor viaje en busca de sus padres o para escapar de una pandilla, estas y otras motivaciones significan un negocio para los ‘coyotes’ o ‘polleros’, como se conoce a los traficantes que llevan indocumentados hasta EEUU.
Pero 'poner a sus hijos en manos de delincuentes es ponerlos en un peligro inminente, que puede acabar hasta con sus vidas', advirtió a los padres de familia el canciller salvadoreño, Hugo Martínez.
El llamamiento de padres u otros familiares para reunirse en EEUU, alejarse del clima de violencia o escapar de la pobreza son algunas de las principales causas de esa salida de menores, en su mayoría de El Salvador, Guatemala y Honduras.
Pero autoridades salvadoreñas y representantes de organismos internacionales coinciden en que el reciente aumento de la migración de menores ha sido impulsada en parte por falsa información propalada por traficantes de indocumentados, que ha movido a muchos padres que viven en EEUU a pedir a sus hijos que viajen a ese país.
Martínez señaló que 'es una gran mentira' que, como prometen los traficantes, 'una vez que (los niños) ponen un pie en los EEUU ya tienen resuelto su estatuto permanente' en virtud de una supuesta disposición migratoria de ese país.
Está siendo 'manipulada por los 'coyotes'' la versión de que 'estos niños serían sujetos de una cierta amnistía por (...) la reforma migratoria en EEUU; evidentemente, ese no es el caso', aseguró a Efe el representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en El Salvador, Gordon Jonathan Lewis.
El trayecto hacia Estados Unidos es 'sumamente peligroso', subrayó Lewis, quien mencionó entre los riesgos perder la vida o que las niñas 'pueden ser víctimas de abusos y acosos sexuales'.
También recordó los peligros del tren mexicano conocido como ‘La Bestia’, en el que miles de indocumentados centroamericanos viajan a la frontera de México con Estados Unidos exponiéndose a accidentes y acciones de delincuentes.
Una vez en EEUU también hay que exponerse a peligros como las condiciones climatológicas 'bastante adversas' en el desierto de Arizona, por ejemplo, todo lo cual somete 'a estos niños a un trauma bastante fuerte', enfatizó Lewis.
En un caso más que evidencia el negocio de los ‘coyotes’, un juzgado de San Salvador condenó el jueves al salvadoreño Óscar Dubón García a cuatro años de cárcel por tráfico de personas, en perjuicio de un joven, en un hecho ocurrido en 2013, según fuentes judiciales.
La madre del afectado contactó al traficante para que lo llevara a EEUU, por lo que Dubón García cobraría 7.500 dólares.
Un adelanto de 3.000 dólares fue facilitado por una tía del joven que vive en EEUU y el resto sería abonado concluido el viaje.
Pero una vez en México el traficante pidió más dinero, el joven escapó, la autoridad migratoria mexicana lo detuvo y lo deportó a El Salvador, donde el caso fue denunciado a las autoridades hasta lograrse la condena de Dubón García, según las fuentes.
Las autoridades estadounidenses reconocen que el repunte en la llegada de menores centroamericanos en los últimos meses ha desbordado la capacidad de sus instituciones, por lo que han tomado medidas extraordinarias para albergarlos.
Según autoridades de Estados Unidos, la cantidad de menores centroamericanos detenidos en ese país sin ningún acompañante aumentó en un 66 % en el último año fiscal (de octubre de 2013 a septiembre de 2014), en comparación con el mismo período entre 2012 y 2013.
Los registros de EEUU indican que han sido detenidos unos 9.850 niños salvadoreños, 11.479 guatemaltecos y 13.282 hondureños desde octubre de 2013 hasta el 31 de mayo pasado.
EEUU, que ha advertido de que repatriará a muchos de esos menores, destinará a los tres países de Centroamérica de donde éstos proceden 9,6 millones de dólares para la reinserción de repatriados y otros 244 millones para programas de desarrollo social y seguridad en la región.
El vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, anunció esa ayuda tras reunirse el viernes en Guatemala con el presidente de este país, Otto Pérez Molina; el de El Salvador, Salvador Sánchez Céren, y delegaciones de alto nivel de Honduras y México.