Además de las protestas y los retoques finales en algunos estadios, la amenaza de huelga de los trabajadores del metro de Sao Paulo durante el Mundial de Fútbol, se convirtió en un dolor de cabeza más para las autoridades brasileñas, y para la FIFA, que en más de una ocasión se ha quejado de la falta de organización del torneo.
La capital paulista, sede del partido inaugural del 12 de junio entre Brasil y Croacia, vivió el viernes otra jornada de paralización en el metro de la mayor ciudad de Brasil, que registró enfrentamientos puntuales entre huelguistas y miembros de la Policía Militarizada (PM) por segundo día consecutivo.
Además del trastorno en la rutina diaria de millones de personas, la huelga y la lluvia dejaron cifras récord de tráfico en las vías paulistas, que alcanzó un máximo de 251 kilómetros en el día que la ciudad acogió el último amistoso de Brasil que le enfrentó a Serbia.
Semanas atrás, el Gobierno de Sao Paulo intentó alejar al fantasma de los atascos, muy presente en Brasil, decretando día festivo durante el partido inaugural y reforzando el servicio de metro en los días de partido.
Sin embargo, el temor a sufrir grandes atascos en las fechas de juego se intensificó después de que, a 5 días del Mundial, los operarios del metro continuaron el viernes la huelga parcial por tiempo indefinido, a la espera de llegar a un nuevo acuerdo con las autoridades.
El metro será el principal medio de transporte de los hinchas que acudirán al estadio inaugural del Mundial, el Arena Corinthians, a donde se trasladarán unos 50.000 aficionados con dicho transporte, según previsiones de las autoridades.
'Normalmente voy en metro al trabajo pero estos días me he visto obligada a tomar el autobús', explicó a Efe Marta Ferreira, quien aseguró que en un día con pleno funcionamiento del metro tarda 20 minutos en hacer el trayecto de su casa a su trabajo pero que estos días tarda cerca de una hora para realizar el mismo recorrido.
Ferreira se queja amargamente y se dice 'trastornada' por esta situación, en la que no culpa al sindicato ni al Gobierno regional. En su opinión, los trabajadores 'escogieron un buen momento para llamar la atención de quien puede mejorar su situación', debido a la cercanía con el inicio del Mundial.
'No creo que sea una cuestión de pereza de los trabajadores ni de aprovecharse de nadie, ahora es su momento de denuncia', aseveró la joven usuaria de transporte público.
No obstante, el sindicato de Metroviarios de Sao Paulo niega que el momento elegido para ir a la huelga tenga relación directa con la inminente llegada de la competición y justifican que meses anteriores ya presentaron sus propuestas al Gobierno regional.
'Las reuniones comenzaron a principios de mayo pero no quisieron aceptar nuestras propuestas que van más allá de la subida salarial', contó a Efe un portavoz del sindicato, quien aseguró que también ofrecieron trabajar gratis durante la huelga con la condición de que también el acceso fuera gratuito para los usuarios. Efe