Rusia pidió este miércoles a Ucrania que garantice el domingo unas elecciones presidenciales libres, en las que participe realmente todo el pueblo, en alusión a los planes de los insurgentes de boicotear la votación en las regiones prorrusas de Donetsk y Lugansk.
'Sin lugar a dudas, las elecciones presidenciales como tales son un paso en la buena dirección. Cuanto más, es importante garantizar que sean libres y que realmente participe todo el pueblo', demandó la Cancillería en un comunicado.
Destacó también la importancia de que, tras las elecciones, se alcance un 'amplio compromiso en el seno de la sociedad ucraniana' para que la nueva Constitución plasme las demandas del este rusohablante.
'Un paso en la buena dirección' es la expresión que utilizó el presidente ruso, Vladímir Putin, hace dos semanas tras dar el visto bueno a la 'hoja de ruta' para resolver la crisis en Ucrania presentada por la OSCE, aunque también destacó la importancia de la reforma constitucional.
Al respecto, el presidente de la Duma o cámara de diputados rusa, Serguéi Narishkin, aseguró hoy que la legitimidad de la votación está en duda debido a la ofensiva en marcha contra los bastiones prorrusos.
'La legitimidad de las elecciones en el marco de operación militar contra la población civil en el sureste de Ucrania, en condiciones de aplastamiento de la libertad de expresión e información, deja muchos interrogantes', dijo.
En caso de que 'surjan dudas sobre la legitimidad de los resultados de los comicios, estas pueden conducir a un nuevo estallido de enfrentamientos', alertó.
La Cancillería denunció además que el Gobierno de Kiev ha reforzado su 'operación de castigo' contra las ciudades rebeldes de la región de Donetsk con ataques nocturnos, que incluyen el empleo de armamento pesado.
Moscú ha acusado a Kiev de incumplir su promesa de desarmar a las organizaciones ultranacionalistas, puesto en duda la legalidad de la recientemente creada Guardia Nacional y denunciado la contratación de mercenarios extranjeros.
A su vez, Rusia apoyó el Memorándum de Concordia y Paz aprobado la víspera por la Rada Suprema (Parlamento), que incluye promesas de descentralización, amnistía, ley sobre referendos, estatus oficial para la lengua rusa y cese de la operación militar en caso de que los insurgentes depongan las armas.
Aunque tardío, Moscú considera que el documento es el primer paso hacia el cumplimiento de los Acuerdos de Ginebra del 17 de abril y la hoja de ruta de la OSCE, que llaman al desarme y al diálogo entre el Ejecutivo de Kiev y las regiones rebeldes.