Compartir:

La movilidad de miembros del clero acusados de cometer abusos de menores es un asunto 'de gran preocupación' para el Vaticano, aseveró ayer monseñor Charles Scicluna, juez en la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Scicluna codirigió una delegación enviada por la Santa Sede para explicar ante el Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño las medidas que la jerarquía de la Iglesia Católica ha adoptado para frenar y castigar los casos de abusos sexuales de niños por parte de sacerdotes.

'La política de Estado (del Vaticano) es que no hay lugar para nadie que haya dañado a un niño', sostuvo durante la segunda parte de la sesión que el comité dedicó a examinar el informe de la Santa Sede sobre el cumplimiento de la Convención de los Derechos del Niño, que ratificó en 1990.

'Cada decisión debe evitar todo riesgo para los niños, aunque esto es difícil porque no hay situación que sea de riesgo cero', admitió.

En cualquier caso, 'hay que reducir el riesgo de que el responsable (del delito) reincida', recalcó Scicluna.

Sobre los casos de sacerdotes acusados de abusos y que fueron removidos de sus diócesis para ser transferidos a otras. Asimismo, agregó que los responsables de las diócesis de origen están obligados a informar a las diócesis o congregaciones religiosas de destino sobre cualquier preocupación que exista sobre el comportamiento de un sacerdote.

Por otra parte, el Vaticano esquivó también ayer en la ONU ofrecer información detallada sobre aspectos relacionados con los casos de abuso sexual de menores por parte de miembros del clero, en un ejercicio retórico mediante el cual intentó demostrar su determinación de prevenir nuevos delitos de este tipo.

'Todo este problema de abusos contra menores es una herida que daña a la Iglesia y a la comunidad de la fe', reconoció monseñor Silvano Tomasi, representante de la Santa Sede ante Naciones Unidas en Ginebra, en la primera comparecencia internacional de altos miembros de la jerarquía católica sobre casos de pederastia.

El Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño examinó el segundo informe periódico que presenta la Santa Sede sobre el cumplimiento de la convención internacional que protege los derechos de los menores y que ratificó en 1990.

En más de cinco horas de sesión, la única referencia a cifras la hizo Tomasi, quien señaló que para 2012 se habían documentado 612 casos de abuso sexual que involucraban a personal del clero, de los que '465 eran más serios' y '418 fueron abusos de menores'.