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El presidente Raúl Castro rechazó ayer las presiones para avanzar más rápido en sus reformas económicas y políticas en Cuba, afirmando que quienes apremian al Gobierno a acelerar el paso 'nos empujan al fracaso'. Reiteró asimismo su interés de dialogar con Estados Unidos, pero sin aceptar condiciones.

'No ignoramos que quienes nos apremian a acelerar el paso nos empujan al fracaso, a la desunión y a dañar la confianza y el apoyo del pueblo en la construcción del socialismo', expresó Castro ante los diputados al cerrar las sesiones del Parlamento cubano.

La advertencia, dijo el mandatario, es tanto para quienes exhortan cambios 'con sanas intenciones' como para quienes lo hacen con animadversión hacia el modelo cubano.

Castro pronunció el discurso final de la sesión plenaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular –el Parlamento–, que comenzó su actividad el viernes y cuyas discusiones giraron en torno a las reformas impulsadas por el mandatario desde 2010.

Vestido de verde olivo, Castro reiteró la necesidad de moverse con cuidado en su 'actualización del modelo' para evitar 'nefastos resultados de violentar los ritmos y saltar etapas'.

A lo largo de estos años se flexibilizó el trabajo independiente del estado, se abrió el mercado de bienes raíces y automóviles, y se entregaron tierras ociosas en usufructo a productores privados, mientras se autorizaron las cooperativas no agrícolas y se extendió una política crediticia. Sin embargo, los observadores opinan que no ha sido suficiente para sacar adelante a la isla, mientras que otros consideraron necesario ir con cautela para evitar políticas de choque.

Castro reiteró que la isla no aplicará medidas que puedan poner en riesgo la esencia del modelo: eficiencia y socialismo. Dio a conocer que tras la apertura en enero del Puerto del Mariel, el gobierno profundizará los estudios de una nueva normativa para la inversión extranjera. AP

Respeto de EEUU

Durante su discurso, Castro abordó la relación con EEUU, país con el cual no tiene vínculo desde hace cinco décadas, luego del triunfo de la revolución y de que Washington impusiera un conjunto de sanciones para presionar un cambio de sistema. 'No reclamamos a Estados Unidos que cambie su sistema político y social, ni aceptamos negociar el nuestro', expresó Castro. 'Si realmente aceptamos avanzar en las relaciones bilaterales, tendremos que aprender respetar nuestras diferencias'. AP