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Regresé a Chile la semana anterior por asuntos familiares, de tal manera que las cámaras de video y fotografía se quedaron en Barranquilla esperando otro destino donde podrán ser utilizadas con el mismo frenesí de siempre. Sin embargo, ese espíritu de conocer y aventurarme en las noticias me puso de frente con la zozobra que viven los chilenos de cara a las elecciones presidenciales de hoy.

Dentro del espectro político existe algo que está claro, y que nadie discute: Michelle Bachelet, la expresidenta, ganará las elecciones en primera o segunda vuelta.

La encuesta más reciente realizada por el CEP sostiene que la candidata de la Nueva Mayoría obtendría el 47% de los votos, mientras la exministra de Piñera, Evelyn Matthei, apenas el 14%.

Aunque todas las encuestas sitúan a Bachelet como favorita para, su retorno a La Moneda no está alejado de cierto dramatismo para esta médico cirujana, pediatra y epidemióloga que domina seis idiomas, quien estuvo casada dos veces y es madre de tres hijos. Una mujer que en 2006 se confesaba asombrada de haber ganado la Presidencia 'cargando pecados capitales' para un país de marcada raigambre conservadora: 'ser mujer, agnóstica, socialista y separada'.

La empatía de esta hija de un general democrático que murió a causa de la tortura tras el golpe militar de 1973 nunca resintió. Tampoco cuando entregó la Presidencia a Piñera, dos semanas después del terremoto que devastó parte de Chile el 27 de febrero de 2010.

Desde entonces, sus detractores han tratado de convencer a los chilenos de que Bachelet cometió graves errores frente a la emergencia y de que fue la gran responsable de una fallida alerta de tsunami que podría haber evitado decenas de muertos.

Para quienes la conocen bien, Bachelet tiene una formación coherente con la estructura y la trayectoria política de una mujer acostumbrada a los desafíos y resultados inciertos. Recuerdo que cuando estuvo en Barranquilla se lamentó mucho por la derrota de la concertación en las pasadas elecciones. En un almuerzo en Gases del Caribe, me dijo que faltó apoyo para el candidato Frei. Por lo que pude ver ahora en el terreno, Bachelet está arropada no solo del respaldo político de partidos de diferentes matices, pasando por el Comunista, Socialista, Democracia Cristiana y Partido por la Democracia, entre otros. Cuenta sin duda, además, con una masa de votantes admiradores de su gestión anterior que le permitió terminar su mandato con el 80% de popularidad.

Entre los logros que Bachelet puede mostrar de su gestión se destacan la reforma que incorporó a millones de chilenos a beneficios estatales en seguridad social, salud, vivienda y educación.

Pero en este camino a La Moneda no todo es color de rosa. La derecha y el propio presidente Sebastián Piñera insisten en que el gobierno de Bachelet fue el peor desde la recuperación de la democracia en 1990. Por lo que pude observar, Piñera no se contiene al margen de la campaña. Por el contrario, está haciendo política tratando de apoyar a su maltrecha candidata Evelin Matthei, quien parece no tener la misma química de la candidata favorita. Luce tambaleante en sus propuestas y para colmo de males tuvo un feroz enfrentamiento con el candidato Parisi, también de la derecha, que no se sabe si le favoreció o la afectó.

Matthei dijo de manera pública que votó por el sí en el pasado plebiscito que hubiera dado continuidad al general Pinochet y su dictadura. Eso, en Chile no se perdona. Además, su progenitor, comandante de la Fuerza Aérea durante la dictadura, fue el carcelero del padre de Bachelet y no se descarta que haya estado involucrado en el homicidio. Ambas candidatas tienen vidas paralelas.

Piñera no se contiene. No pierde ocasión para apoyar a su candidata cuestionando cualquier cosa que huela a Bachelet. De hecho, no pasaron 24 horas desde el momento en que esta presentó su programa de gobierno para que aparecieran las críticas del Jefe de Estado. En entrevista con Radio Cooperativa dijo: 'No me parece que sea esa la forma de presentar una política económica sin contenido'.

A juicio del presidente, con el alza que propone Bachelet del 20 al 25% en el impuesto a los empresarios se recaudan USD1.500 millones, por tanto 'se ha dejado en el aire cómo se va a recaudar el remanente para llegar a los USD8.200 millones a que se comprometió'.

El mandatario reivindicó su derecho a cuestionar el gobierno de la hoy aspirante de la oposición y dijo que 'cuando un candidato ha sido expresidente, como es el caso de Michelle Bachelet, es natural y no constituye ningún agravio ni ningún insulto que le pidan que rinda cuentas por las cosas que hizo'.

Piñera siente y lo sabe que el periodo del gobierno de derecha no pasará de cuatro años. Bachelet llegará de nuevo a La Moneda con grandes retos por delante. El más importante: dar claridad a las reformas a la educación donde los jóvenes exigen no solo educación gratuita, sino de calidad. Las marchas multitudinarias y en ocasiones violentas volverán a la calle si Michelle no da respuestas claras a unos jóvenes que entienden que el futuro de Chile está en sus manos.