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El Departamento de Justicia de EEUU anunció ayer un acuerdo para permitir la fusión de American Airlines y US Airways y crear la mayor aerolínea del mundo, que a cambio debe renunciar a franjas horarias y a puertas de embarque en los mayores aeropuertos del país en beneficio de las compañías de bajo costo.

El acuerdo anunciado resuelve la demanda judicial que el Gobierno estadounidense interpuso en agosto pasado para frenar la fusión entre las dos aerolíneas por considerar que podía atentar contra la competencia.

Un juez federal debe aprobar ahora el acuerdo que autoriza la fusión, que se espera que pueda completarse el próximo diciembre.

Bajo los términos del acuerdo, la nueva compañía tendrá que ceder franjas horarias a aerolíneas de bajo costo en el aeropuerto Reagan de Washington, la capital estadounidense, y en el neoyorquino de La Guardia.

Además, deberá renunciar a puertas de embarque en los aeropuertos Logan (Boston), O'Hare (Chicago) y en los internacionales de Dallas, Los Ángeles y Miami.

'Este acuerdo tiene el potencial de cambiar el panorama de la industria de las aerolíneas', enfatizó en un comunicado el secretario de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder.

Al garantizar 'un punto de apoyo más grande' para las compañías de bajo costo en los aeropuertos clave de Estados Unidos, el acuerdo asegura que los pasajeros vean 'una mayor competencia en las rutas sin escalas y con conexiones de todo el país', agregó Holder.

La unión de American Airlines y US Airways es el último capítulo de la ola de fusiones en el sector de la aviación privada, después de que en 2008 se unieran Delta Air Lines y Northwest Airlines, y dos años más tarde lo hicieran United Airlines y Continental Airlines.