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La felicidad tal vez sea concebida por algunas personas como una emoción, un sentimiento o —desde el punto de vista hedonista— un placer. Pero para la speaker Ana María Peláez no es más que un estado del alma que se debe provocar. Lo entendió así hace cuatro años, justo cuando decidió estudiarla para dejar de verla como una búsqueda inalcanzable.

'Luego de atravesar una crisis existencial, me fui en enero de 2017 a un retiro, en Uruguay. Allí me encontré conmigo misma y empecé a andar por un camino hacia una vida plena. Me cuestioné mucho y traté de definir lo que era felicidad, hasta que comprendí que era una ciencia que se estudiaba y que se basaba en la psicología positiva. Desde ahí me dediqué a leer mucho sobre el tema'.

Luego de que confluyera su crisis con la búsqueda de lo que era felicidad, se llenó de conocimientos para sacar a la luz su primer libro titulado Simplemente sé feliz.

'Este libro lo escribí para trascender y para dejarle un regalo al mundo. En sí contiene fotografías y cuestionamientos que me hago sobre cada paso de mi vida. Ahí plasmé lo que me gusta, lo que es el equilibrio, cómo se construye un camino, qué es el perdón y cómo me siento con mi familia (...) En su escritura comprendí que todo dependía de tres seres: Dios, de la otra persona y de mí. Lo que era de Dios y del otro no había nada que yo pudiera hacer, pero lo que era de mí ahí sí tenía que trabajar, enfocándome en mis hábitos'.

Ana María está convencida de que la felicidad reúne —parafraseando a Benjamin Franklin— las pequeñas cosas que pasan todos los días y no los grandes acontecimientos que pasan de vez en cuando. Recalca que todo aquel que va en busca de la felicidad debe seguir tres pasos: aceptar, cambiar y escuchar los mensajes que le da la vida.

Oportunidades

Gracias al lanzamiento de su primer libro fue invitada a un congreso a hablar de la felicidad en el trabajo.

'En ese año vencí el miedo a hablar frente a un público y empecé a cogerle el gusto a ser speaker. También me certifiqué en liderazgo y coaching, asistí a mi primer congreso de felicidad en Miami (Estados Unidos) y recibí una certificación en mindfulness y en Chief Happiness Officer. Después escribí otro libro: Vender alegre-mente, que contiene claves para multiplicar la felicidad de tu empresa'.

Ana María explica que su segunda publicación surgió cuando pudo darse cuenta de que en muchas empresas no existe un liderazgo vinculativo ni inspiracional. Dice que tampoco existe el departamento de Talento Humano, sino el de Recursos Humanos, así que su invitación es a que las organizaciones aprendan a ver a las personas como un talento y no como un recurso.

'Es necesario que las empresas se pregunten de qué manera pueden potencializar el talento de sus equipos. Yo estoy segura de que invertir en la felicidad vale la pena. También creo en que la figura del Chief Happiness Officer debe existir porque es como un gerente de la felicidad, una persona que realmente se encarga de velar por el bienestar de sus empleados, brindándoles las herramientas de liderazgo, de autoconocimiento, de gestión de sus emociones, entre otros detalles con los que se puedan sentir mejor con la vida (la que le rodea) y con su vida (que es la que tienen como seres humanos)'.

Posteriormente, indica Ana María, creó tres agendas corporativas que contienen herramientas de autoliderazgo llamadas: Planea tu felicidad, Organiza tu vida con claridad y propósito; y la tercera, Haz que las cosas pasen. Después llegó su participación en el libro escrito en inglés Ignite Happines, en el que intervinieron otros escritores.