María Elisa Pimienta es una barranquillera que a sus 27 años decidió buscar el sueño americano. El 6 de junio de 1996 llegó a Estados Unidos llena de sueños, con ganas de forjar un mejor futuro para ella, sus tres hijos y en aquel entonces, para quien era su esposo.
Además de sus ilusiones, María Elisa no contaba con nada más. Sus pequeños hijos se habían quedado en Colombia. Como lo viven millones de latinoamericanos en el país del norte pasó por varios empleos, desde empleada doméstica, niñera hasta repartidora de periódicos.
Para María Elisa era fundamental tener una estabilidad económica, pues al poco tiempo de estar en ese país decidió llevarse a sus hijos, por lo que tomó la decisión de trabajar no solo en el día sino también por las madrugadas entregando periódicos.
'Todo el mundo me decía que yo estaba loca, que cómo iba a trabajar en las horas de la madrugada, porque aquí el periódico se empieza a repartir a la una de la mañana. Pero para mí era normal porque yo lo que necesitaba era tener otra entrada, de ahí arranqué lo que ha sido la carrera de mi vida'.
Apostándole todo a ese nuevo empleo, la barranquillera recuerda que poco a poco fue 'quemando etapas', pasó hacerse cargo de la bodega y luego a supervisora, ascenso que le causó 'pavor' porque no hablaba inglés y sentía 'miedo' de la nueva responsabilidad.
'Una persona me convenció de aceptarlo. Me mandaron a Miami porque no hablaba inglés, pero un día cualquiera mi jefe me mandó a la peor parte en Broward y nadie hablaba español. De esa manera aprendí el idioma en la calle y de ahí me empezaron a mover de un lado a otro hasta llegar a ser gerente de una de las bodegas'.
Con este panorama y una carrera laboral en crecimiento, la compañía para la cual trabaja le notificó a María Elisa que ya no tendrían más empleados porque necesitaban hacer franquicias. Así, casi que como una broma, expresó su interés en hacerse cargo de una.
'Al día siguiente de decir que yo quería una franquicia mi jefe me llama y me dice: ‘aquí tienes el centro, tómalo’ y ahí empecé a montar mi propia distribuidora'.
Quince años le tomó a la barranquillera tener una estabilidad laboral y pasar de ser una empleada a empleadora. Sin embargo, dice, no fue una tarea fácil y más en un país en el que no están todavía del todo acostumbrados a que una 'mujer hispana' sea quien lidere algo por encima de una americana o una afro.
'Yo nunca pensé poder llegar a manejar este tipo de negocios. Se presentó la oportunidad y me metí. Fue una experiencia aterradora y complicada pero siempre fue más grande el esfuerzo y las ganas de salir adelante'.
Con ‘MAPI Distribución Services’, María Elisa, hoy en día se encarga de la distribución de 13 periódicos de todos los Estados unidos. Así genera más de 50 empleos, en su mayoría para afroamericanos.
'Esto ha sido una lucha diaria, ha sido sobrevivir al día a día. Todos los días me levanto a la misma hora a trabajar y a seguir creciendo al igual que todos mis colaboradores. He aprendido de todos porque yo sin las personas que trabajo no soy nadie. Aquí todos somos iguales, vamos al mismo nivel y todos luchamos unos por otros'.
A pesar de la aparición y la afluencia que tienen cada vez los medios digitales, para Pimienta no ha cambiado su idea de negocio, aquella que le permitió crecer en Estados Unidos y lograr que sus hijos se convirtieran en profesionales. Para ella todavía los medios impresos como el periódico son vitales para gran parte de la sociedad americana.
'Hay algo muy interesante y es que no todo el mundo maneja la tecnología. Y son a esas personas a quienes les ayuda mucho tener el periódico. Siempre tengo el reto de que los jóvenes se enamoren del impreso y aquí en la Florida hay mucha gente adulta que se levanta temprano a tomar el café con el periódico, y ahí siempre estoy yo, llueve truene o relampaguee'.
A sus 52 años y radicada hace 25 en los Estados Unidos, María Elisa no deja de extrañar a su tierra natal, a la que cada mes trata de visitar porque además fundó una compañía de libranzas hace aproximadamente dos años.
Trabajar los sietes días de la semana para la barranquillera se convirtió en un reto de vida que disfruta diariamente, por eso entre sus planes está seguir haciéndolo y continuar desenvolviéndose como una mujer 'perseverante', a la cual no le hizo falta una carrera profesional para poder salir adelante y cumplir sus sueños.
'Seguiré trabajando hasta que Dios me lo permita porque es reconfortante y espero poder seguir ayudando a salir adelante a quienes tengan este mismo deseo de superarse'.