Sentada en el piso de la terraza de una casa antigua del barrio Prado, sin la mínima señal de complicación, la cartagenera Silvana Puello cuenta detalles de su trayectoria.
Sus ojos se iluminan y una sonrisa se dibuja en su rostro ante la primera pregunta que le formulo, quizá porque la hace rememorar un poco su infancia. Con propiedad asegura que creció rodeada de fotógrafos, una realidad que influyó en su deseo de querer contar historias a través de las imágenes.
'Siempre quise estudiar producción de documentales y como en aquel momento la carrera de Comunicación Social en la Universidad del Norte tenía como enfoque la producción de televisión, me decidí por esta (...) Yo me imaginaba viajando por el mundo, haciendo documentales y contando muchas historias'.
Hoy, que cuenta con su título profesional y es esposa del alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo Heins, se desenvuelve como la primera Dama del Distrito, liderando proyectos desde la Secretaría de Gestión Social. Su labor de una u otra forma le permite visibilizar aquellas historias que suelen ser ignoradas, pero que son realmente inspiradoras, a través de la comunicación.
Si bien en su pasado nunca imaginó llegar a trabajar por las comunidades, siempre pensó en que en cualquier lugar había historias que al ser compartidas tenían el poder de generar cambios.
'Cuando Jaime comenzó campaña y empecé a acompañarlo a los barrios se despertó en mí el deseo de trabajar por los demás. Desde ahí sentí que había encontrado lo que de verdad me apasionaba'.
Su principal objetivo en su gestión es que el ciudadano haga parte de un proyecto de ciudad, mediante el cual se convierta en el ejecutor de acciones que contribuyan a la sociedad. Lo anterior obedece a que, para ella, cada persona puede generar cambios y transformar vidas sembrando una semilla, por más pequeña que sea.
Su primer año de trabajo fue en 2020, un periodo que con pandemia de por medio fue esencial para ella, especialmente para comprender que 'el ser humano viene al mundo a aprender, a crecer y a servir'.
'Si lo que aprendemos no está al servicio de los demás yo creo que la vida no llega a tener el mismo valor, y si no crecemos como personas y nos quedamos estáticos tampoco encontraremos el sentido (...) Hace nueve años vivo en Barranquilla y creo que es la ciudad que siempre llevaré en mi corazón porque me ha permitido aprender el verdadero significado de servirle a la gente'.
Junto con su equipo ha venido trabajando con ahínco en cuatro pilares. El primero está orientado hacia una comunidad que recicle desde casa, esto con el fin de dignificar el trabajo de los recicladores y conservar el medio ambiente. El segundo le apunta a la reducción de embarazos en las adolescentes, cuyo proyecto pondrán en marcha en el mes de abril. Su principal objetivo a partir de este es generar espacios donde se permita hablar sobre la sexualidad sin tabú.
El tercer pilar está enfocado en la inclusión de personas con discapacidad, incentivando a las empresas a que cada vez contraten a más personas con discapacidad, no por su condición física, sino por sus capacidades. A su vez buscan formar a la gente con el fin de que adopten un lenguaje más incluyente, así como incentivar a que todos los proyectos en Barranquilla también sean pensados en dicha población.
Y por último, y no menos importante, dice que está el tema de violencia infantil. En este se enfocan en la erradicación de la mendicidad y el trabajo en menores de edad para restablecer sus derechos.
'Todos los ciudadanos pueden ayudar a contrarrestar esta problemática al no darle algo al niño que se acerque a pedirles porque si incurrimos en esto incentivamos el hecho de que a ese niño lo vuelvan a sacar a la calle. También trabajamos con los padres que en algún momento sacaron a sus hijos a pedir, mediante una formación laboral que les permita conseguir trabajo en empresas con las que realizamos alianzas'.
Adicionalmente —en este pilar— le facilitan a los padres las herramientas para que aprendan a educar a sus hijos sin recurrir a la violencia, eso sí sin perder la autoridad. También está el enfoque del abuso infantil, que desde ya toma forma y con el que brindarán ayuda a los menores de edad afectados para que superen el trauma.
Otro de sus focos que prevé ir afianzado es el emprendimiento y el empoderamiento en jóvenes y en mujeres internas.
Poder transformar vidas y servirle a las comunidades hace que Silvana sienta agradecimiento. Al culminar la administración de su esposo espera que, desde su gestión, haya podido sembrar el sentir para generar cambios, que Barranquilla sea una ciudad que piense en las personas con discapacidad y que se disminuya la tasa de embarazos en los adolescentes.