Pareciera que nada se le escapa del radar, que no se cansara. Karen Abudinen, ministra de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, tal vez es la persona más contenta porque la asamblea anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por fin se pudiera desarrollar en Barranquilla, su terruño. Antes de esta entrevista estuvo al lado del alcalde Jaime Pumarejo Heins en la firma del crédito por USD 250 millones del BID a la ciudad. Casi al mismo tiempo en su teléfono contestaba mensajes, supervisaba que las transmisiones del evento funcionaran como un reloj suizo, hablaba con otros altos funcionarios del organismo multilateral, se reunía con su equipo de trabajo, casi todas mujeres, saludaba a viejos conocidos y posaba para el lente de Gente Caribe.
Su vocación de servicio por lo público le viene desde niña, de las enseñanzas de su abuelo Gabriel, de cuando vendía jugo de patilla en el parque Venezuela los domingos, o helados por la calle 84. Con lo que recogía, recuerda, ayudaba a otros en lo que pudiera.
Ser una mujer de impacto en lo social requiere de sacrificios que deben disfrutarse, no hay otra forma. A continuación reproducimos apartes de su entrevista.