Influenciada por el hábito de ver a diario las noticias, al pie de su padre, Joyce Cantillo Altahona encontró en la Comunicación Social y Periodismo, su pasión. Fue así como inició estudios en esta carrera y en 2005 recibió su título como profesional.
Inquieta por mantenerse en crecimiento, al iniciar su carrera le fue punteando a la radio. Sus pinitos los hizo en la emisora Toledar, luego pasó a La voz de la Costa y alterno participó en los eventos de la Universidad Autónoma del Caribe, su alma mater. Sus prácticas las hizo en EL HERALDO, donde permaneció por un año. Posteriormente siguió labrando su trayectoria en prensa escrita, en Barranquilla.
'Luego llegué a Cartagena en busca de nuevas oportunidades y allí ejercí en el medio impreso de la ciudad. Al cumplir mi ciclo y al haber terminado un posgrado en Comunicación Organizacional, me aparté de los medios impresos para tantear el campo organizacional'.
Fue así como ejerció en una agencia de publicidad, y más tarde logró el puesto de asesora de comunicaciones de la Alcaldía de Cartagena, y de jefe de prensa del Instituto de Patrimonio y Cultura de La Heroica. Culminado su contrato con la entidad, en 2010, llegó a Argentina para iniciar estudios de un posgrado en Periodismo Digital.
'Al realizar dicha carrera me fui enamorando del emprendimiento. Además, tuve cierta influencia en Buenos Aires porque allá se vive un gran ecosistema emprendedor, debido a que su gobierno local brinda cursos gratuitos para formar a las personas en ese campo. Ahora, sé también que mi amor por el emprendimiento siempre estuvo ahí, conmigo, pues de pequeña me gustaba vender de todo'.
En ese lapso de tiempo conoció a quien hoy día es su esposo y padre de su primogénita Sophia, el bogotano Johan Romero. Al retornar a Colombia, los dos coincidieron en la idea de crear su propio negocio.
A partir de ese anhelo en conjunto y la profesión de Diseño Industrial de Johan, idearon un proyecto orientado a la creación de muebles para el hogar.
'Al comienzo pensamos en optar por la tercerización de los muebles, pero no encontramos a nadie. Ante esto mi esposo se puso manos a la obra y se encargó de hacer los productos, aprendiendo en la marcha y haciendo uso de herramientas prestadas. Todo fue con esfuerzo, hasta que el proyecto se fue dando. En este unimos nuestros talentos: él como ingeniero industrial y yo como conocedora de las app digitales'.
La barranquillera dice que el negocio, llamado Muebles Decoviisaus, fue tomando forma como una bola de nieve, cuyos productos empezaron a comercializarse a través de las redes sociales. Hoy día la marca responde a un estudio de diseño de mobiliario, que cuenta con cinco años en el mercado y que distribuye en todo el país.
La ‘sed’ de seguir creciendo como emprendedores los llevó a crear posteriormente snacks para perros, bautizándolos con el nombre Doggy ice.
'Íbamos a iniciar haciendo helados para perros, pero después pensamos en hacer galletas saludables, sin conservantes y sin sabor a pollo. A partir de ahí mi esposo se puso a investigar algunas fórmulas y a consultar a veterinarios. En la actualidad la marca cuenta con dos años y nuestro equipo está integrado por mujeres, quienes nos ayudan en la elaboración del producto'.
Con esta marca —indica— han participado en varias ferias de mascotas y tiene presencia en algunas veterinarias de la capital atlanticense. La meta de ella y su pareja es expandirse en la Región Caribe.