Cuando en Colombia apenas se hablaba de la alimentación saludable, Cristina y Claudia Sánchez se atrevieron a ponerle su mirada emprendedora a este negocio. En 2015, convencidas de su potencial y sus ganas de sacar adelante su proyecto familiar, se arriesgaron y salieron a vender waffles integrales. Las hermanas cuentan que la idea surgió de su mamá, Julia Gutiérrez de Piñeres, y fue con ese producto que entraron a los mercados saludables en Barranquilla y Cartagena.
Sin embargo, tras una salida a un restaurante típico de Barranquilla, se dieron cuenta que lo que predominaba en los platos de los comensales eran los deditos y las empanadas. Con esa imagen en la cabeza crearon sus propias recetas a base de harina integral.
'Mi mamá es la que logra perfeccionar la masa de trigo integral que es nuestra masa insignia de la que hoy se derivan alrededor de 10 productos'.
Claudia, cofundadora de la empresa, relata que fue en ese momento cuando empezó a despegar la marca Del Origen. De hecho, sus deditos congelados integrales fueron los primeros con estas características en el país que empezaron a ser comercializados. 'Justo en ese momento los mercados saludables' empezaron a transformarse, 'no solo vendían el producto, sino también experiencias'.
El espíritu emprendedor, heredado de su familia, las llevó a tomar decisiones trascendentales que incluían dejar sus trabajos convencionales y empezar de cero con su propia empresa que poco a poco fue creciendo, a pesar de las dudas y comentarios negativos a su alrededor.
Frases como: 'Ustedes no se pueden dedicar a esto, tienen que conseguir empleos formales', o 'deben buscar un trabajo de verdad', eran las que escuchaban las hermanas constantemente de su padre, ante el temor que él tenía de verlas fracasar, pues, a diferencia de la actualidad, en 2015 emprender era un reto que pocos se atrevían a correr.
'Hoy por hoy podemos decir que contamos con el respaldo al 100% de nuestros padres. Un papá nunca te quiere ver fracasar y por lo general tenían el concepto de que el emprendimiento era igual a fracaso', cuenta Cristina.
Empezaron solas, de cero y a la distancia, mientras Cristina regresaba del todo a Colombia a trabajar en la empresa, pues en ese momento vivía y laboraba en Estados Unidos. Una vez juntas se pusieron el overol en toda la cadena productiva de su negocio, incluso hasta entregar domicilios por toda la ciudad.
'Íbamos por toda Barranquilla con el carro lleno de deditos congelados y con los vidrios abajo porque el aire no servía', recuerdan entre risas las hermanas.
El nombre de la marca viene de sus raíces. Claudia y Cristina vienen de una familia ganadera que siempre ha trabajado en el campo. Por eso, con Del Origen, querían destacar ese lugar en el que crecieron y del que obtienen todos los alimentos que hacen posible la creación de sus productos como la yuca, el queso, la leche, las verduras y las frutas, entre otros.