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Hace nueve años el odontólogo Rinaldo Covo se dejó enamorar por una labradora chilena. Recuerda que no era amante de los perros y no había tenido una mascota, pero apenas conoció a Shaki, como bautizó a su perra, fue amor a primera vista.

Shaki llegó a la vida del cartagenero en sus últimos años de estadía en Chile, país en el que vivió por más de 17 años.

'Por cosas de la vida yo no era muy amante de los perros. Compré a Shaki por casualidad, para que cuidara una casa en Chile. Busqué en mercado libre venta de perros y ella era la última de la camada y me dijeron que la fuera a ver antes de comprarla. La cargué y fue enamoramiento inmediato', recuerda Rinaldo.

A los dos años de tener la compañía de Shaki, el odontólogo decidió volver a su tierra natal, Cartagena, para luego radicarse en Barranquilla, en donde vive hace siete años con la compañía de su mascota.

A medida que la labradora creció desarrolló un lipoma (tumor graso) en su abdomen, que pesa alrededor de seis kilos y que ya le han operado tres veces. Sin embargo, eso no fue un impedimento para que ella se convirtiera en la 'perra de las carreras en Barranquilla'. Junto a su dueño Shaki disfrutaba de participar en estas competencias exclusivas para perros, en la categoría ‘5 K mascotas’.

'Ella hasta los cinco años corría conmigo. En todas las carreras siempre quedaba en alguno de los tres primeros lugares. Muchas personas la conocen, tanto, que no me conocían a mí por mi nombre sino por el odontólogo que andaba con la perrita (risas). Ella ha sido un referente de las carreras de mascotas en Barranquilla'.

Con nueve años al lado de Shaki, Rinaldo afirma sentirse feliz con su compañía y de poder compartir junto a ella distintos momentos especiales de su vida.

'Ella es fiel, es mi compañera y no se despega de mí. Ella se adapta a todas mis locuras y se presta para todo lo que yo le hago. No me imagino que sería estar sin ella, que sería llegar a la casa y no sentir sus paticas, porque siempre me espera. Tener mascota es una compañía única porque están contigo en todos los momentos. No se compara con un hijo porque son cariños diferentes, pero para los que no tenemos, tener un perro es una responsabilidad y un compromiso emocional'.

Shaki lleva su nombre en honor a la cantante barranquillera Shakira, pues Rinaldo es seguidor de la artista desde sus inicios musicales.

'Yo soy fanático de Shakira desde que ella estaba pelaita. La conocí en 1993 porque vivía al lado de mi casa en Bogotá, yo la escuchaba cantando Magia y no sabía quién era pero me gustaba mucho. Después sacó Dónde estás corazón y supe que era la vecina, y ahí empezó mi afición por ella. Cuando tuve a la perra yo dije — no se puede llamar diferente a Shaki (risas) —. Shakira sabe que hay una perra en Barranquilla que se llama así, incluso bromeó con eso. Sus papás viven cerca y también conocen a Shaki'.