Rita Bendek encontró en sus mascotas una compañía para su hogar. Cuando era una niña creció con perros y cuando vivió en Estados Unidos la acompañó un gato persa. Actualmente vive en Barranquilla con sus dos gatas, Fifi y Niguera, y Agatha, una bulldog francés.
Dos de sus tres mascotas fueron adoptadas. Fue Fifi, la gata mayor, la que 'las escogió como familia', pues fue en una tarde de compras con su hija cuando la gatita se les pegó a los pies, mientras ingresaban a un almacén en Barranquilla. Al principio Rita dudó en llevársela, ya que creía que podía pertenecer a alguien, pero al salir la gata seguía allí y se volvió a acercar a ellas.
'Ella seguía ahí y no se nos despegó. Le preguntamos a las personas alrededor y,además de confirmar que no le pertenecía a nadie, dijeron que había sido golpeada por un carro'.
De ahí se la llevaron directo a la veterinaria y allá confirmaron una fisura en la pelvis.
'Desde entonces ella vino con nosotros para la casa. Antes de traerla nos indicaron todos los cuidados y la tuvimos en cama varios días'.
Luego de la llegada de Fifi, Camila, su hija, siguió recogiendo gatos callejeros para darlos en adopción. En ese ir y venir encontraron a Niguera, una gata negra de ojos amarillos que, al parecer, ya tenía un posible dueño, pero nunca llegó por ella.
'A la semana le dije a mi hija —si una persona que va a adoptar un gato no aparece es porque no está interesado y no es la persona indicada para tenerlo—'.
Desde ese episodio han pasado más de cuatro años y Niguera llegó para quedarse en su hogar. La última en ingresar a la familia fue Agatha. Era una cachorrita cuando se la entregaron a la suegra de Rita para que le hiciera compañía, pero la actriz también terminó encariñándose con ella, tanto que también la considera como suya.
Para Rita son estos tres animales su compañía diaria y de los que recibe mucho cariño. Los saca a pasear, está pendiente de su alimentación y su aseo. Para ella tener una mascota es 'tener un cariño en el hogar constante y una presencia muy bonita. Ellos son un amor'.
Sin embargo, hay un punto que no soporta y es cuando las personas humanizan a sus mascotas. Considera y enfatiza que no se deben vestir ni tratar como humanos, sino que deben cuidarlos, amarlos y tratarlos con respeto, sin olvidar que son animales.