Compartir:

Las colas se mueven con fuerza y los ladridos son cada vez más fuertes. Al abrirse la puerta, algunos hocicos húmedos no tardan en recibir a Melissa cuando entra a un patio donde hay perros que ha rescatado. Chocolate es el primero en abalanzarse sobre esta mujer de 28 años, quien no tarda en acariciarlo con ternura. Cuatro caninos se mueven por el espacio, cada uno con un pasado doloroso pero con algo que los identifica: ahora tienen amor y protección.

Melissa Ramírez Gallego es médico de profesión. Demostró su gusto por los animales desde muy pequeña, cuando tomaba varios insectos en su colegio y les construía casas con baldes para luego soltarlos.

A los 13 años se enteró que alguien había dejado unos gatos abandonados donde estudiaba. Decidió entonces llevarlos a casa y darles un hogar. Sin embargo, y aunque le cueste reconocerlo, confiesa que su familia no la apoyó en un principio.

'Me trajo varios problemas. Mis padres no los querían y me decían que me los llevara, pero al final me ayudaron a buscarles familia. Así empecé a recoger animales de la calle'.

Para ella, los felinos tienen una 'energía especial'. Por eso se identifica más con los doce gatos que viven hoy en su refugio. Aunque no tiene preferencia a la hora de ofrecer un techo, comida y buscar un hogar.

Mientras estaba en la Universidad conoció a dos chicas que casualmente les daban comida a los animales que vivían dentro del alma mater. Pronto forjaron una gran amistad y decidieron abrir una página en Facebook llamada Adopta Gaticos Barranquilla.

La comunidad fue creciendo paulatinamente gracias a la ayuda de algunos especialistas, personas con experiencia en temas de adopción y a los mismos ciudadanos. Sin embargo, las mujeres decidieron separarse una vez que culminaron sus estudios: 'Ya no teníamos tanto tiempo para hacer las cosas juntas. Era complicado, así que cada una decidió trabajar por su lado'.

En ese momento, la también madre de familia opta por crear la Fundación Sawabona, que nace gracias al tiempo y a los recursos dados por ella y por las personas que deciden donar dinero para ayudar a los animales que rescata.

En los últimos cinco años, esta iniciativa ha logrado salvar a más de mil animales. Varias de estas mascotas son llevadas a otras ciudades o las adoptan familias que viven en el extranjero.

'Pienso que todos estamos en el mundo para algo. Todos tenemos una misión diferente. Nací prematura y no era compatible con la vida, pero aquí estoy. Mi sueño siempre fue ayudar a los animales y ser médico para ayudar a las personas', manifestó con orgullo Ramírez.

Según la mujer, una de las mayores problemáticas que evidencia es que mucha gente aún sigue siendo racista y machista al momento de adoptar. Reconoce que le cuesta mucho encontrarles un hogar a las hembras de color negro y a aquellos animales que tienen alguna discapacidad.

En ocasiones, algunas personas deciden dejar en la puerta de su casa animales recién nacidos. Una situación que indigna a la experta porque siempre trata de impulsar a la esterilización. De hecho, hoy día es una de las políticas de su fundación.

Melissa junto a uno de los perros que rescató y que fue víctima de un accidente

'Encontré en mi puerta perras y gatas que se habían llevado antes con la intención de cuidar, pero que ahora estaban paridas y llenas de crías. Me preguntaba entonces para qué las recogía. Por eso lo esencial es que sus nuevos dueños las esterilicen o los castren'.

La barranquillera sostiene que un amigo fiel siempre valdrá la pena, y bajo esta premisa procura motivar a la adopción, al cuidado y a la protección de todas las especies. También espera poder generar un movimiento en algunos años para despertar conciencia e iniciar 'una moda' permanente sobre la protección de estos seres vivos.

Los exhaustivos horarios laborales no son excusa para que esta doctora sienta plenitud al recibir el amor de los perros y gatos rescatados. Dar una oportunidad a los animales que han soportado altos niveles de crueldad, llena el corazón de esta mujer que no se cansa de brindar todo su cariño a estos seres sin voz.

Finalmente, Melissa siempre ha tratado de ser fiel a aquella frase de Anatole France que guarda siempre en su memoria: 'Hasta que no hayas amado a un animal, parte de tu alma estará dormida'.