Compartir:

A sus 22 años y con ganas de posicionarse en la industria de la moda, Carmen Nava dejó su vida en Venezuela y empezó de cero en Colombia. Con su título de diseñadora de modas se radicó en Riohacha (La Guajira) para trabajar junto a la diseñadora wayuu Blanca Fernández. Y a pesar de que con el tiempo logró acoplarse, cuenta que 'no fue fácil' mudarse y dejar a su familia. De hecho, dice que hasta el día de hoy todavía se está 'recuperando' de esa distancia, aunque ya viva con su mamá.

Sus ganas de salir adelante se convirtieron en su motivación principal y estar en La Guajira le permitió abrir su mente e inspirarse con la cultura, las playas y el trabajo artesanal que allí se realiza. Carmen describe este departamento como un lugar 'mágico' en el que pudo 'vivir una experiencia única', pues trabajando junto a Fernández 'creció profesionalmente' y pudo 'involucrarse en trabajos importantes', de los cuales resalta las pasarelas del Barranquilla Fashion Week y el acompañar a Angelina Jolie a conocer las artesanías de la comunidad wayuu.

Tras casi dos años de trabajo y aprendizaje, Carmen dejó La Guajira y se mudó a Medellín, pues quería posicionarse como diseñadora en la ciudad que considera como 'la cuna de la moda' en Colombia. Gracias al impulso de una prima, esta joven llegó a tierra paisa y allí comenzó a trabajar en una empresa de herrajes. Sin embargo, tras la crisis económica por la pandemia, se quedó sin trabajo. Carmen tuvo que empezar de cero, otra vez.

Con el dinero que ahorró, el apoyo económico de su novio y su liquidación, la joven comenzó a armar su propio taller. Compró textiles, su primer maniquí, una plancha, los hilos y otros implementos de costura, pues se había motivado a confeccionar su primera colección y así generar ingresos económicos. También se apoyó, sobre todo, de su antigua máquina de coser, que hizo que su mamá la trajera desde Venezuela y que fue un regalo de su abuelo y su papá, mientras ella estudiaba su pregrado.

'Entre mi novio y yo compramos las cositas necesarias para hacer esa primera colección. Y, a pesar de que muchas personas me llamaron ‘loca’, me estaba volviendo más loca sin hacer nada encerrada en la casa. Entonces me dije: voy a invertir en lo que mejor sé hacer. También empecé a manejar las redes (sociales) y de esa forma fue que funcionó y generé ingresos con algo que siempre había querido hacer y antes le había inventado tantas excusas. Realmente ese fue el momento correcto para demostrarme a mí misma que sí podía'.

Así pudo sostenerse durante el 2020 y a principios de 2021 ingresó al programa Valiente II, un proyecto de USAID, ACDI-VOCA e Inexmoda, cuyo objetivo es 'fortalecer el Sistema Moda' de Medellín y 'potencializar los talentos de la población migrante venezolana, colombianos retornados y víctimas del conflicto armado'. Ahí se formó y ganó los retos que estaban establecidos para seleccionar la persona que representaría el grupo en Colombiamoda.