El cantante vallenato se muestra en su faceta más hogareña y presenta a su esposa e hijas, las tres mujeres que lo vuelven 'loco'.
Se conocieron en Fundación, Magdalena, su pueblo natal. Elder Dayán Díaz la vio de espaldas y supo de inmediato que aquella mujer de esbelta figura y cabellera ondulada sería su novia.
Ya son 16 años de un amor 'chapado a la antigua' en el que Milena Robayo y el cantante vallenato ven reflejados los frutos de su unión en Martina y Amelia, sus dos hijas.
Elder y Mile llevan casi media vida juntos. Han construido un matrimonio sólido encima de una roca llena de esfuerzo, dedicación y amor. Tenían 15 y 14 años cuando se conocieron por primera vez en su pueblo, aunque el artista solo iba de vacaciones, según cuenta.
'Esta historia de amor inició una tarde en nuestro pueblo, en Fundación, Magdalena. Yo no vivía allá, estaba de vacaciones solamente y la vi de lejos, ni siquiera me la presentaron ni nada, pero me encantó. Ella tenía el cabello engajado y yo decía: Esa mujer tan hermosa en algún momento tiene que ser mi novia y fíjate… hoy en día es mi esposa y todo (risas)'.
Así las cosas, con una visión fija intentó varias veces acercarse a la niña que lo enamoró. Coincidieron, además, en que su tía y la mamá de Milena eran amigas por lo que cuando 'pisaba' Fundación pretendía llegar a la casa de la que le robó su corazón. Sin embargo, Robayo lo ignoraba y no quería nada con él.
'En ese tiempo yo estaba en el colegio y él iba de año en año. Yo tenía 14 y él 15, entonces yo pensaba en que no podíamos tener nada por la distancia. Además, él no me gustaba, mi mamá era la alcahueta, porque es amiga de una tía de él y ella le contó que tenía un sobrino que estaba enamorado de mí y eso le conquistó el corazón a mi mamá. Ella decía que el día que yo tuviera un novio quería que fuera como el sobrino de Bertica'.
Elder recuerda el día en el que finalmente Milena le aceptó una visita en su casa.
'Yo fui a una presentación al pueblo y después me atreví a llegar a la casa de ella y me dio la grata sorpresa de que me recibió, porque eso era un lío para que me aceptara una visita. Me gustaba, era una niñita bonita del pueblo y también le doy la razón, porque yo era un pelao que aparecía cada seis meses. Ahí fue que nos conocimos, hablamos y comenzamos a crear la amistad'.
Al cabo de dos años, Mile se fue a estudiar a Barranquilla, mientras que Elder aún vivía en Bucaramanga. Sus caminos volvieron a unirse en medio del estudio y lograron compartir más tiempo. Un 4 de abril a las 11:55 p.m. el cantante se llenó de valor y le pidió que fuera su novia, ella aceptó. Desde entonces se empezó a escribir la historia que hoy narran. Luego de una década, Díaz dio el siguiente paso.
'El matrimonio me nació porque ya llevábamos 10 años de novios, el amor estaba intacto y se empezaban a desesperar en nuestras casas. Yo le decía a Mile que ya debíamos formalizar nuestra relación. Compramos un apartamento y ahí comenzamos a planear la boda. Ha sido la mejor elección, nos hemos entendido, no ha sido perfecto, hemos tenido nuestros inconvenientes, pero aquí estamos… el amor cuando es grande, puro y verdadero lo supera todo'.
Martina, su primogénita, llegó cuando se mudaron a su primera casa, antes de casarse. Milena pisó el altar con cuatro meses de embarazo y Amelia, su segunda hija, fue el 'gol' que terminó de alegrarles la vida al año de haber nacido la primera niña, relata Robayo.
'Amelia fue un gol cuando Martina tenía como 1 año y 2 meses. Mile empezó con maluqueras, pensamos que eran unas ciruelas que le habían caído mal y resulta que las ciruelas se llamaban Amelia', narra Elder.