Mantener los espacios del hogar en armonía, con una decoración que transmita paz y tranquilidad es casi que el deber ser, sobre todo ahora que hay quienes se mantienen en casa por mucho más tiempo. Es así como la tendencia actual nos invita a ser más orgánicos, transmutando el concepto de decoración a lo natural.
La arquitecta interiorista Viviana Moya, propietaria de la casa Contraste Diseño, manifiesta que esa tendencia es conocida como Slow Design. El término en esencia busca impregnar en cualquier rincón un estilo libre y relajado.
Para ajustarlo en casa resulta vital optar por las fibras naturales, el mármol travertino, las maderas macana y flor morado (a poro abierto o cerrado), las texturas suaves al tacto (algodón 100% y lino) y lo hecho a mano.
'Las fibras aportan armonía, bienestar, relajación y sutileza. Con su uso se genera una atmósfera tranquila con el toque particular de los días de verano (...) hoy día vemos que los espacios son más abiertos y ventilados, donde existe un gran anfitrión: la naturaleza (los jardines)'.
Moya asegura que funciona muy bien en exteriores, principalmente en la piscina, la terraza y las zonas comunes. También armoniza a la perfección el interior de la casa, haciendo uso de objetos, muebles y detalles.
A su vez —afirma— en este estilo prevalecen los colores suaves que armonizan con una paleta natural, como es el caso de los blancos, el cotton, el color avena, el taupe (gris pardo), el vainilla, el capuchino, el menta, el aqua, el almendra y las tonalidades pasteles, entre otros.
También sobresalen materiales como la teka, 'así como diferentes palmas que han sido heredadas de nuestros antepasados'. Moya reitera que este estilo nos lleva a 'un momento de búsqueda interior, en el que prima un espíritu natural y libre'.