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El pollo es uno de las proteínas más consumidas en el mundo. Es deliciosa y muy fácil de preparar. Puede hacerse frito, asado y acompañado de arroz.

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Las ensaladas también son una muy buena opción para comer con el pollo, sea frito o en guiso. Esta vez le daremos algunos tips para preparar pollo crujiente sin que falle en el intento.

Pexels/PexelsLas ensaladas también son una muy buena opción para comer con el pollo, sea frito o en guiso.

Seque bien el pollo

Antes de empanizarlo, seca el pollo con papel de cocina. Esto ayuda a que el rebozado se adhiera mejor y evita que se humedezca el empanizado.

Marinado con suero de leche (buttermilk)

Remojar el pollo en suero de leche (o leche con unas gotas de limón) durante al menos 2 horas lo ablanda y realza el sabor.

Condimente la harina

No uses solo harina blanca: agrégale sal, pimienta, ajo en polvo, paprika, comino o cualquier especia de tu gusto. Esto hará que cada bocado tenga más sabor.

Empanizado doble

Pasa el pollo por la mezcla de harina, luego por huevo batido y otra vez por la harina especiada. Este doble empanizado crea una costra súper crujiente.

Aceite caliente y constante

La temperatura ideal del aceite ronda los 170–180 °C (340–360 °F). Si está muy frío, el pollo absorberá aceite; si está demasiado caliente, se quemará por fuera y quedará crudo por dentro.

No sobrecargar la sartén

Fríe en tandas pequeñas para no bajar la temperatura del aceite, así mantendrás el rebozado crocante.

Escurre en rejilla

Al sacar el pollo, ponlo sobre una rejilla (no en papel absorbente) para que no se humedezca con el vapor y pierda su textura crujiente.

Deje reposar unos minutos

Antes de servir, deje reposar el pollo unos 3–5 minutos. Esto permite que los jugos se redistribuyan y la carne quede más jugosa. ¡Buen provecho!