A ritmo de vallenato, el género musical que amaba su padre, Luis Aurelio Vives Echeverría, el cantautor samario Carlos Vives le dio el último adiós. Con la complicidad de su colega Gusi, quien este año se residenció en Santa Marta, el creador del ‘Rock de mi Pueblo’ llegó este jueves a la capital del Magdalena para entonarle dos clásicos que no podían faltar en las populares parrandas que organizaba su progenitor junto a ‘La gente del dominó’, cofradía integrada por amigos y médicos samarios.
Los restos de Vives Echeverría, que fueron cremados, se expusieron este jueves en la parroquia La Eucaristía del barrio Bavaria de Santa Marta, donde familiares y amigos arribaron para darle una sentida despedida.
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Carlos tomó la vocería y destacó la labor filantrópica de su padre como médico. 'A él le gustaba que tuviera una fundación y trabajara mucho por Pescaíto, Ciénaga y Santa Marta, el siempre profesó el amor al prójimo y eso lo aprendí muy bien, al igual que amar la música vallenata. Mi padre aprovechaba sus conocimientos y los ponía al servicio de los más necesitados', expresó el artista ante los restos de su padre que permanecían en una urna de cremación color caoba, acompañada de una fotografía a blanco y negro de Luis Aurelio en sus años de juventud. Unos ramos de flores blancas y velas del mismo color complementaban la escena.
Posteriormente, todas las personas que acudieron a este homenaje póstumo vestidas de blanco se dirigieron a la parte exterior del templo para dar inicio a la serenata vallenata.
Acompañado de Gusi en la guitarra y el bosconense José Sánchez en el acordeón, Carlos interpretó dos canciones en honor a su padre. Una fue El cantor de Fonseca, del cantautor Carlos Huertas Gómez, en cuyo videoclip apareció don Luis Aurelio acompañado de sus amigos del club de dominó Santa Marta.
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