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Parte del discurso extraordinario, consagrado al coronavirus, que llevará a cabo hoy domingo la reina Isabel II y que dirigirá a los habitantes del Reino Unido y de los países de la Commonwealth fue filtrado, así lo confirmaron algunos portales de noticias internacionales.

Sobre este se develó que será 'profundamente personal' y en él elogiará a la nación por su 'autodisciplina y resolución' durante la pandemia que hasta entonces, en el mundo, ha provocado más de 1.2 millones de contagios y más de 64.000 fallecidos, aproximadamente.

Uno de los extractos del mensaje filtrado reza: 'Me dirijo a ustedes en un momento cada vez más difícil, un momento de disrupción en la vida de nuestro país: una interrupción que causó dolor a algunos, dificultades financieras para muchos y enormes cambios en la vida cotidiana de todos nosotros (...) espero que en los años venideros todos podamos enorgullecernos de nuestra respuesta a este desafío y las generaciones venideras sepan que los atributos de la autodisciplina, la resolución, el buen humor y el sentimiento de compañerismo todavía son características de este país'.

Cabe destacar que el mensaje fue grabado en circunstancias absolutamente asépticas, esto con el fin de proteger a la reina, quien este mes llegará a sus 94 años. Asimismo, se conoció que en su alocución en video extenderá su gratitud a quienes se encuentran en la primera línea de atención médica, reconocerá el dolor que ha tocado la puerta de muchas familias y agradecerá el respeto a las normas de contención, que han sido impuestas por el Gobierno Británico.

Durante las últimas décadas la monarca se ha encargado de reservar este tipo de intervenciones para momentos de especial gravedad. La última vez fue en el año 2002, tras la muerte de la Reina Madre cuando, acicalada de negro, agradeció al país el 'amor y el honor mostrado'.

En 1997, antes del funeral de la princesa Diana de Gales, la reina recordó a la que fuera esposa de su hijo Carlos como 'un ser humano excepcional y maravilloso' que 'tanto en los buenos como en los malos tiempos nunca perdió la capacidad de sonreír'.

En 1991, durante la Guerra del Golfo, también se dirigió a la nación cuando pidió a los británicos que oraran por el éxito de las Fuerzas Armadas 'con el menor coste en vidas humanas y sufrimiento posible'.