Entrar a La Matriarca en Barranquilla es recibir un abrazo de hogar con aroma a anís, aliños frescos y maíz recién molido. Entre mesas de madera, decoración cálida y música en vivo, la experiencia va mucho más allá de sentarse a comer: aquí se celebran los sabores de la abuela, los recuerdos familiares y la identidad de nuestra gastronomía.
Creado con el sueño de “contar historias desde el amor, la pasión y la autenticidad”, La Matriarca se ha expandido desde Medellín, Envigado y Sajonia hasta llegar a Barranquilla, donde se consolida como un restaurante de comida típica en Barranquilla que se ha convertido en punto de encuentro para quienes buscan reconectarse con los sabores de casa. Cada sede es, como ellos mismos se describen, “un verdadero tesoro que te invita a vivir una experiencia llena de sabor, espacios auténticos y recuerdos memorables”.

La esencia de La Matriarca
“La Matriarca es un concepto muy bonito donde le rendimos homenaje a la comida tradicional colombiana, en especial a esos sabores inolvidables de las abuelas”, explica Ricardo De la Hoz, gerente de la sede Barranquilla. “Aquí cada plato busca evocar momentos especiales compartidos en familia, en un ambiente amplio, acogedor y acompañado de shows de música en vivo que hacen la diferencia”.
Esa promesa se cumple desde la cocina. “La cocina de La Matriarca es cocina de identidad”, afirma Fabio Guzmán, chef de la sede. “Nos identificamos por resaltar la comida típica colombiana y darle un giro: mezclamos nuestra carta con sabores latinoamericanos, como los del Perú, usamos ingredientes locales como queso costeño, ñame, yuca y papas criollas, y elevamos cada preparación sin perder lo nuestro”.

Chicharrón: ingrediente estrella
Lo que diferencia a La Matriarca, además de sus espacios vibrantes, es su especialización en recetas donde el chicharrón se ha convertido en un ingrediente insignia. Aquí, el chicharrón no es un simple acompañante: es protagonista y se reinventa en preparaciones como la Batea de Chicharrones o el Chicharrón Carnudo, combinando crocancia, jugosidad y sabor en cada porción. Platos como la Causa de Chicharrón o el ceviche de tocino al cajón y mariscos aportan matices frescos y un homenaje a la tradición colombiana con cada bocado lleno de arraigo y orgullo.

Sabores potentes y música en vivo
Además de una carta amplia que va desde jugosos cortes de carne, ceviches y coctelería de autor, hasta desayunos y cenas tardías, cada sede adapta su oferta a la ciudad. En Barranquilla, con capacidad para recibir hasta 350 personas, se disfruta de la hospitalidad que define la experiencia de La Matriarca.
Pero La Matriarca no solo es un restaurante de comida típica en Barranquilla: es un restaurante con su propia orquesta. La Orquesta Matriarca, creada especialmente para sus espacios, anima las noches con música en vivo que pone a cantar y bailar a sus visitantes mientras disfrutan de sus platos, convirtiendo cada cena en una celebración.

En medio de un menú de degustación, el equipo de Sensazón pudo comprobarlo con especialidades como unas butifarras crocantes con un apanado crujiente, aros de yuca y salsa de corozo; el Tocino al Cajón, jugoso por dentro y crocante por fuera, que “todo visitante debe probar”; y como plato fuerte, la Paella Matriarca, preparada con arroz al ají amarillo, aliños rojos, chorizo bajo en grasa, pechuga de pollo, vegetales y el toque irresistible del icónico chicharrón.
“Lo que nos inspira a crear nuevos platos y actualizar la carta son nuestros clientes”, cuenta el chef. “Siempre están en busca de nuevas experiencias y sabores, y queremos que cada visita sea diferente para que quieran volver una y otra vez”.
Con orgullo, Ricardo De la Hoz resalta: “En La Matriarca nos enorgullece ser reconocidos como el mejor restaurante de comida típica colombiana en Barranquilla”. Así, entre un bocado crujiente, un sorbo de coctelería y la música de su propia orquesta en vivo, La Matriarca demuestra que rendir tributo a la tradición también puede ser una excusa para celebrar la vida, la familia y el sabor de lo nuestro.