Entre los 47 concursantes que este año se enfrentan en el Coliseo de Feria Ganadera por la corona de piqueria profesional se destaca un debutante. Se trata del invidente Juan David Atencia Berrio, de 18 años, quien ha descrestado por su talento para construir versos en cuestión de segundos.
'Inicié desde niño influenciado por un vecino que me enseñó unos versitos para piropear a las mujeres, ahí nació la chispa, luego intentaba crear mis versos y empíricamente fui puliendo mi talento. Tengo una gran ventaja en este arte y es que como no puedo ver, me concentro muy bien y puedo construir las rimas con mucha más facilidad', contó a EL HERALDO el joven de cabello rizado.
Atencia, oriundo de Santa Marta, tuvo la fortuna de contar con la guía de un gran maestro del folclor vallenato Andrés ‘el Turco’ Gil, quien ha forjado grandes acordeoneros y quien lo animó a debutar a nivel de piqueria este año.
'Su abuelo Idelberto Rodríguez me lo llevó para que lo enseñara a tocar caja, porque cuando estaban en la finca comenzaba a darle a los potes para sacarles sonido, pero vi en él un potencial enorme y no perdí mi tiempo lo metí enseguida a tocar acordeón, también canta y versea, creo que va a ser de lo más grande de la música vallenata', aseveró Gil.
La vida de este joven se asemeja a la de los grandes juglares del vallenato que para triunfar debieron sortear una serie de situaciones adversas, ya que fue separado de su hermano mellizo desde los cuatro año y dejado con su abuelo. Sin embargo, encontró en el Turco un gran padre que se hizo cargo de él luego de que su abuelo falleciera. 'Lo quiero como a un hijo, lo he guiado por el camino del arte y cada vez me deja más sorprendido porque tiene un potencial enorme en todas sus facetas'.
Inspirado en Leandro Díaz
Juan David, que también ha realizado importantes apariciones en series televisivas como la bionovela de Diomedes Díaz y el documental Leandro, aseguró que la vida de este gran compositor ha sido uno de sus principales alicientes para ir en búsqueda de sus sueños.
'Participé como acordeonero en las categoría infantil y juvenil, pero no gané. Luego en 2011 gané la Canción Inédita al interpretar el tema Ciego nosotros del compositor Adrián Pablo Villamizar y ahora vengo por una corona'.
En tarima Juan David se define como pacífico. 'No soy muy ofensivo en tarima, pero cuando me buscan me encuentran. Doy la lucha eso sí y al final saludo a mis rivales, porque creo que las peleas deben ser así en tarima'.
El acordeón como arma
No es el típico acordeonero que se sube a tarima con un sombrero, camisa de cuadros y pantalón. José Daniel Martínez Jiménez llegó a la plaza del barrio Primero de Mayo en Valledupar vestido con su uniforme, pues es patrullero de la Policía Nacional.
Nació en Magangué, Bolívar, pero desde hace 13 años hace parte de la Unidad de Protección al Turismo de la Policía Metropolitana de Cartagena, desde donde salió rumbo a tierras valduparenses con la ilusión de coronarse como el rey vallenato en este 2018. Pidió permiso a sus superiores y se puso el acordeón en el pecho.
'Los comandantes me han apoyado mucho en mi talento, que lo vengo desarrollando desde los 12 años, siempre me incliné por la música vallenata. En mis horas de descanso siempre estoy ensayando y ya es normal que me vean en mi unidad con el instrumento', afirmó.
Tiene 33 años y es la segunda vez que asiste a un certamen del Festival Vallenato, en el 2013 participó en la categoría Aficionados. Aunque no fue el ganador, esa experiencia fue el impulso para tomar la decisión de seguirse preparando y fue este año en el que se sintió de la mejor manera para aspirar a la corona, pero de la categoría Profesional.
'Me siento seguro de la nota que di, he venido ensayando por mucho tiempo y creo que todo eso se vio reflejado hoy aquí en tarima. Solo Dios sabe qué viene de ahora en adelante, pero estoy preparado para seguir a la siguiente ronda', aseguró José Daniel al bajarse de la tarima de la plaza del barrio Primero de Mayo.
Estrategia
Su experiencia musical lo ha llevado a coronarse en diferentes certámenes de las Sabanas de Bolívar, como el del Festival de San Juan Nepomuceno. Esa alegría que sintió, explica, solo la ha vuelto a sentir cuando lleva su música a niños y jóvenes de algunos barrios de Cartagena, trabajo que realiza en su institución.
'Cuando estoy de turno me voy a los barrios marginados de Cartagena a enseñarles música, melodía a los niños de bajos recursos para que no se desvíen en las drogas, para que no se metan a pandillas y por eso hago de esta manera una labor comunitaria', manifestó el policía.
Su arma de dotación, aunque existe, pasa a un segundo plano, pues José Martínez asegura que prefiere ponerse el acordeón en el pecho y que esta sea el ‘arma’ que ayude a combatir la delincuencia en Cartagena.




















