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Singapur ha puesto en marcha desde hace unos meses una "sala de furia" donde trabajadores y estudiantes pueden romper objetos con un bate de béisbol y evacuar así el estrés.

La llamada "sala de fragmentación" ("Fragment room"), con gruesas paredes de hormigón, permite al que quiera, tras el pago de una entrada, a ponerse una bata blanca, un casco, guantes y zapatos de protección para destrozar platos, vasos o impresoras con un bate de béisbol.