Disfruta del momento y eso es lo que importa. Después de 933 saltos, Montse Mencho, una anciana de 83 años, dinámica, optimista y muy confiada se atreve a todo. Es una experta en cualquier disciplina deportiva, pero su ilusión es volar, sentirse libre, como ella misma reconoce, mucho más allá arriba que en la tierra, donde ha superado obstáculos mucho más sobrecogedores que el posible miedo al vacío: la muerte de uno de sus hijos.
Comenzó su travesía aérea hace ya algunos años, cuando su hijo Eduard la invitó a experimentar su primer salto.
Hoy, todavía activa, Montse se ha convertido en la nueva embajadora de una campaña publicitaria que tiene como objetivo fomentar hábitos saludables entre los mayores.
Y ella mayor es, pero también un ejemplo de superación que ha realizado las mil y una maniobras aéreas y se ha precipitado sobre Arizona, Turquia o Finlandia.
La octogenaria seguirá lanzándose al vacío mientras sus fuerzas se lo permitan, y si algún día ya no es así, qué mejor circunstancia que dejarse llevar y como ella misma dice, en lugar de caer hacia la tierra aislarse en el infinito cielo para siempre.