Por Mercedes Ortega González-Rubio
Gaby decidió quedarse a vivir en París tres horas después de haber llegado a aquella ciudad y sin saber una palabra de francés. Sentada en una banca del square Paul-Painlevé había mirado a su alrededor y vio a un anciano echándole migas de pan a gorriones y palomas que no parecían temer la presencia humana. Vio, también, a un muchacho enfrascado en la lectura de un libro y, frente a él, a una pareja de enamorados que se besaban en la boca. Todo eso era inconcebible en Barranquilla: los chicos de cada barrio formaban bandas para matar a los pájaros a punta de honda; leer en una plaza habría provocado la hilaridad de los transeúntes y, besarse en público, la pérdida de la reputación. Gaby pensó que estaba en el lugar donde en principio habría debido nacer y resolvió instalarse allí para siempre».
Así comienza El tiempo de las amazonas (1994), la segunda novela de Marvel Moreno, la escritora de mayor relevancia en el Caribe, autora de una obra escrita durante la segunda mitad del siglo XX, años en que las mujeres empezaron a ocupar espacios que antes le estaban vedados. La narrativa de Moreno tematiza estos cambios, indagando en las causas de la opresión y las etapas de la emancipación, previendo incluso su futuro desarrollo. Por lo mismo, su literatura mantiene hasta hoy un tono que inspira a las nuevas generaciones.
Sin embargo esta segunda novela, desgarrador espejo de una sociedad que enseña a la mujer a no alzar la voz, continúa inédita desde 25 años. El tiempo de las Amazonas, al igual que su novela cumbre, En diciembre llegaban las brisas (1987), tiene una estructura tripartita que fija su mirada en la mujer. Cada parte –que consta de tres capítulos– tiene un personaje femenino central. Se trata de tres primas colombianas –Gaby, Isabel y Virginia–, que viven en París. Los sucesos narrados incluyen la vida afectiva –aunque también familiar y laboral– de los personajes con sus parejas, colegas y su círculo de amistades. Las historias, que abarcan un periodo de 20 años, pueden situarse a finales del siglo XX, entre 1970 y 1990 aproximadamente, aunque, como siempre, Moreno recurre a retrospectivas que hacen que se abarque un tiempo más extenso. También al igual que En diciembre, este texto congrega a una gran cantidad de personajes que orbitan alrededor de los tres principales, aunque en este caso su número es mucho mayor. Allí radica una de las grandes diferencias entre las dos novelas: aquí las historias se hallan a tal punto condensadas –como en algunos de los cuentos de Las fiebres del Miramar–, que muchas veces se dan solo los trazos principales de los acontecimientos y no se realizan los retratos psicológicos detallados de En diciembre y de los primeros cuentos de la autora. Esto hace de El tiempo de las amazonas una novela estilísticamente muy distinta a En diciembre.
Existen dos versiones de la novela. En una de ellas, de 323 páginas, es un archivo en PDF diseñado ya para ser imprimido, sin fecha. La otra versión consta de 175 páginas y se trata de un archivo PDF sin diagramar, sin correcciones, con fecha de 1994. Entre las dos versiones hay muchas diferencias, pero la principal es que la de 323 páginas no tiene tres partes sino dos, pues los personajes de Gaby e Isabel se «funden», desapareciendo de la trama la segunda: mucho de lo que le pasa a Isabel en la versión de 175 páginas, le sucede en esta a Gaby. Esto hace que este personaje viva tantas cosas que su historia se vuelve inverosímil. Otra cuestión importante es que ambas versiones terminan en momentos diferentes: la versión de 175 páginas finaliza con la muerte de Virginia, lo que es más lógico para la trama y la unidad de la novela. Por esto, entre otros criterios que merecen una discusión más amplia, se ha considerado que esta versión debe ser la definitiva.
No nos ocuparemos aquí del difícil itinerario de los manuscritos de esta novela y la circulación subrepticia de los textos digitales. Tampoco haremos referencia al último episodio acerca de la autorización de su publicación, tras el cual esperamos que finalmente salga a la luz este texto. Lo que sí queremos enfatizar es que aún hoy el patriarcado ejerce un control violento sobre las mujeres, sobre todo sobre las más rebeldes, como Moreno. Siguen siendo las voces masculinas y masculinistas quienes autorizan lo que se puede publicar.
Para hacerle frente a estas imposiciones, las mujeres tenemos que seguir hablando, escribiendo y publicando. En efecto, la segunda novela de Moreno existe y está siendo leída, así circule a modo de «guerrilla», tal vez la única manera posible de hacerlo en este sistema que estructuralmente invisibiliza de todas las maneras posibles a las mujeres, en este caso a las escritoras. Ha habido también un número considerable de estudios, artículos y tesis sobre
ella que va creciendo con los años.
Marvel Moreno fue una de las mujeres más valientes que ha dado la región Caribe. Ella se atrevió a desafiar las normas de una sociedad que la quería bella y tonta, y se convirtió en una gran escritora que denuncia la miseria afectiva, espiritual e intelectual de nuestra cultura, sobre todo de muchas mujeres del Caribe y del mundo. Pero ya es tiempo de que en esta ciudad las mujeres de nuevo empuñen la pluma tan contundentemente como ella lo hiciera hace más de 30 años. Es la hora de las nuevas generaciones de escritoras, novelistas, cuentistas, dramaturgas, poetas, ensayistas, cronistas. Es el tiempo de las amazonas.
*Doctora en Estudios Iberoamericanos de la Universidad de Toulouse. Profesora de la Universidad del Norte.
* Epílogo reeditado del libro ‹Cartografía de lo femenino en la obra de Marvel Moreno›, de Mercedes Ortega González-Rubio (Ediciones Uninorte, 2019).