Desde San Marcos, Texas (EEUU) una mujer con acento mexicano aparece en la pantalla de un teléfono móvil en una llamada con video. Exhala antes de pronunciar su primera palabra, y emocionada cuenta que hace unos minutos llegó a su casa después de recoger a su hija del colegio, encendió su computador y al revisar el correo electrónico encontró una carta de agradecimiento del presidente de Tissini.
Se turba y dice:
–Esto para mí significa muchísimo, se lo agradezco con el alma, el corazón…
Se le quiebra la voz.
–Esto significa mucho. Gracias presidente por esta carta lindísima. Estoy tan emocionada que no me esperaba esto. Gracias a todos, a Nasly (asesora) quien me ha apoyado, me ha dado consejo de cómo seguir adelante. Gracias por ser una mujer tan significativa en mi vida. Sin ti y tu apoyo no hubiera podido llegar aquí. Quiero dar lo mejor de mí.
Para definir su emprendimiento, el ingeniero bogotano Sion Tesone, presidente y fundador de Tissini, evoca su infancia en Colombia y a sus padres, mucho antes de migrar a Estados Unidos, donde llegaron en la última década del siglo XX.
Desde muy chiquito –cuenta Tesone– vio a sus padres ayudando a mucha gente sin considerar el momento económico e ingresos de la familia.
Un día le preguntó a su papá: –¿Cómo ayudamos a gente si a veces no tenemos para nosotros?
–Es temporal hijo. Podemos responder y solucionar –, dijo el padre.
Esas palabras y aquellas imágenes solidarias moldearon el ADN de Sión. 'Hacen parte de mi yo', asegura, y fue lo que impulsó también a fundar su compañía. Un emprendimiento social con fines de lucro que tiene en cuenta la necesidad de mujeres hispanas que viven en Estados Unidos, que perciben bajos ingresos y son el sostén de sus familias.