Compartir:

Lo que empezó como un emprendimiento gestado a finales del siglo XIX en un taller de metalmecánica, que reparaba barcos, hacía soldadura, tornos, arreglaba máquinas textiles y evolucionó con la fabricación de productos metalúrgicos en el siglo XXI, hoy se ha consolidado como Fundiciones de Lima S.A., una empresa familiar con un mercado en piezas fundidas en hierro de grandes medidas para el sector de acueducto y alcantarillado.

Roberto De Lima, gerente de esta mediana empresa barranquillera que en 2015 alcanzó activos disponibles de $327 millones, inversiones por $176 millones y ventas por $11 mil millones según Supersociedades, es el quinto administrador de la saga empresarial.

De Lima admite que hay nuevos retos para seguir escribiendo la historia y uno de esos es incursionar con un plan estratégico en piezas plásticas que alcancen gran resistencia como el hierro dúctil. 'Estamos en conversación con una empresa extranjera para que nos aporte tecnología para desarrollar piezas. Si el mercado pide plástico, aunque sabemos que lo harán, el plan es ampliar y consolidar accesorios de gran resistencia, igual o mejor que el hierro', explica el empresario.

Este año la empresa cerrará con un promedio de fundiciones entre 200 y 230 toneladas mes y, por su tamaño, Roberto De Lima afirma que esa producción los eleva al primer lugar en el país.


124 años. Si hay que identificar los cuatro grandes momentos por los que ha pasado Fundiciones De Lima a lo largo de sus 124 años de vida, (ver gráfico línea del tiempo), el primero es con el fundador Mortimer De Lima, quien partir de su brío como un autodidacta ingeniero mecánico, fue pionero en la elaboración de piezas navales.

Cuenta Roberto que su bisabuelo aceptó el reto de fabricar una pieza de un barco que había llegado con una avería a Puerto Colombia a principios del Siglo XX. 'Construyó un horno para fundir hierros grises, sacó el modelo, fabricó e instaló la pieza. Funcionó y el barco regresó a su destino. Logró tener equipos y así nació la fundición', relata.

Mortimer había mostrado el camino a dos de sus hijos: Rafael y Salomón, quienes hicieron posible un segundo paso a la historia. Este último fue el primer gerente del taller con 25 empleados, los servicios y secciones de mecánica, fundición, arquitectura naval y herrería. Y Salomón De Lima, también fiel a enseñar a sus sucesores el oficio, transmitió los conocimientos a su hijo Roberto De Lima Venegas y juntos aprovecharon la construcción y operación del Acueducto Moderno de Barranquilla desde el 20 de julio de 1929, como aliado local para proveer tapas y registros en hierro fundido.

El tercer momento fue la llegada de Beatriz Guzmán a la administración de la empresa, que se dio tras la muerte de su esposo Roberto De Lima Venegas. Esto cambió su rutina de madre de seis hijos: Roberto, Álvaro, Carlos Alberto, Salomón, Orlando y Andrés. Estos cuentan que con la ayuda de los empleados, un hermano de su mamá, los clientes y proveedores, a los que siempre han considerado 'amigos', lograron la estabilización de la compañía. En la actualidad los seis hijos conforman la junta y tienen el control de la empresa.

El cuarto hecho fue cuando se convirtieron en la primera pequeña empresa que innovó en el sector industrial en la Costa Caribe. En la Vía 40 con calle 50 estuvieron con sus hornos hasta el 2000, cuando abrieron la planta en Sabanagrande y cambiaron de tecnología. Dos años antes la empresa había vendido por primera vez en el exterior en Costa Rica y Puerto Rico. Hoy venden en Costa Rica y Panamá cajas medidores, uniones de reparación o universales para reparar fugas de tuberías hecha en pvc, tubo de hierro dúctil o de cemento.

'La tapa de alcantarillado y contador son nuestra referencia. Es la realidad, pero vamos más allá. Tenemos acuerdos de negocio con fabricantes chilenos de válvulas y con una compañía francesa de accesorios de medidores. En la red de acueductos abarcamos al máximo la distribución de tubería de polietileno', destaca De Lima.

Lea también: cuatro empresas que apuestan por la recreación en familia en Barranquilla