Las personas en Colombia que desean adquirir propiedades suelen recurrir a dos formas de financiamiento: el crédito hipotecario y leasing habitacional. Ambas maneras son grandes opciones que serán de gran ayuda y harán que el momento de la compra sea más rentable y asequible para las personas interesadas.
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Antes de tomar la importante decisión de adquirir una propiedad, lo más importante es entender y comprender la responsabilidad que esto conlleva. Asimismo, será necesario que las personas interesadas se informen sobre las ventajas y desventajas que poseen las opciones de financiamiento.
Todo este proceso se debe llevar a cabo con una entidad, la que se encargará de los trámites necesarios según el formato de compra que elija el interesado o la interesada. Esto solo aplicará para las personas que requieran un préstamo, ya que los que tengan la capacidad de pagar de contado no tendrán necesidad de usar estas formas de financiamiento.
Cabe aclarar que las entidades tienen la obligación de explicar con exactitud las condiciones positivas y negativas que tiene el adquirir una vivienda por medio de un crédito hipotecario o leasing habitacional, sin embargo, no está demás repasar ambos métodos antes de dar el paso final.
Por el lado del crédito hipotecario, es importante tener en cuenta que generalmente es un préstamo por el 70 % del valor de la propiedad. Este se obtiene únicamente por medio de la entidad financiera, la cual utiliza la vivienda como garantía. Después de que la persona esté calificada como apta para el préstamo, el mismo tendrá que pagarse en cuotas mensuales durante un periodo que puede ser a mediano o largo plazo.
El principal beneficio que trae esta forma de financiamiento es que ayuda a la persona en comprar debido a que no tendrá que dar todo el dinero de forma inmediata. Por otro lado, una desventaja es que al ser un préstamo a largo plazo, deben pagarse intereses en cada uno de los meses, lo que incrementará significativamente el valor inicial de la vivienda.
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Mientras que leasing habitacional destaca por un contrato de arrendamiento con opción de compra. Es decir, la entidad financiera adquiere el inmueble que quiere el cliente y se la arrienda para que la persona pueda habitar en el lugar. En este tiempo de arrendamiento tendrá una fecha de caducidad y será el tiempo prudente para que la persona pueda adquirir el bien, de lo contrario, la vivienda será puesta en venta y el inquilino deberá desalojar.
Aunque esta opción de financiamiento es rentable en el sentido de que la persona puede tener como un ‘período de prueba’ con el lugar y cerciorase de que es lo que necesita, la desventaja de esta opción es que el valor mensual del arriendo puede ser un poco más alto que el de una cuota hipotecaria en un crédito tradicional. Otra desventaja es que durante el período de arrendamiento, el comprador no figura como propietario y no podrá realizar modificaciones en la vivienda sin autorización previa.
Las dos opciones son de gran ayuda para adquirir un inmueble, pero para elegir la más conveniente será necesario evaluar algunos aspectos como los ingresos, presupuesto y situación financiera. Para tomar esta decisión también se recomienda un asesor financiero, quien podrá dar una orientación adecuada al momento de seleccionar la forma de financiamiento.