Un análisis exhaustivo realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha revelado nuevos detalles respecto a la preocupante situación que enfrenta la juventud colombiana en términos de empleo.
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Según el informe ‘Panorama del Empleo Juvenil en Colombia’, los jóvenes de entre 14 y 28 años representan el 24 % de la población total del país, con 12.7 millones de personas. Sin embargo, según la OIT, esta cifra refleja una tendencia a la baja, lo que plantea desafíos significativos en materia laboral para el futuro cercano.
Acorde con lo que plantea el informe, de estos jóvenes, 11.9 millones están en edad legal para trabajar, siendo 6.01 millones hombres y 5.89 millones mujeres. La mayoría se concentra en cinco departamentos principales, incluidos Antioquia, Valle del Cauca, Cundinamarca, Atlántico y Bolívar, así como en la capital, Bogotá.
El informe revela disparidades alarmantes en las tasas de desempleo entre hombres y mujeres jóvenes. Mientras que la tasa de desempleo general para hombres alcanzó el 7.7 % en 2023, para los hombres jóvenes fue del 13.4 %. Del mismo modo, la tasa de desempleo general para mujeres fue del 11.6 %, pero para las mujeres jóvenes llegó al 20 %.
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La situación se agrava al observar que la ocupación juvenil ha experimentado una disminución constante desde 2016, alcanzando sus mínimos durante la pandemia, con una recuperación lenta en 2023 que aún deja al país en niveles inferiores a los de 2018, año previo al estallido social.
Aunque la recuperación del empleo ha sido mayor para las mujeres, persisten desigualdades tanto de género como territoriales. Por ejemplo, mientras que Bogotá presentó una tasa de desempleo juvenil del 14.9% en 2023, en Quibdó esta cifra se elevó al 30.9%.
Una de las preocupaciones más destacadas es el fenómeno de los 'NiNis', jóvenes que ni estudian ni trabajan, que representan una quinta parte de la juventud colombiana. Esta situación afecta desproporcionadamente a las mujeres jóvenes, con una relación de dos mujeres por cada hombre en la misma condición.
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El informe también resalta la necesidad de abordar las disparidades educativas y laborales. Aunque la mayoría de los jóvenes en edad de trabajar tienen como máximo un título de bachillerato, el porcentaje de mujeres con educación universitaria es mayor que el de los hombres jóvenes. Sin embargo, incluso aquellos con educación universitaria enfrentan niveles significativos de desempleo, lo que subraya la necesidad de una reorientación en el sector productivo para absorber la cualificación profesional.
En cuanto a los ingresos laborales y el subempleo, el informe muestra que las mujeres jóvenes ganan en promedio un 2.1% menos que los hombres jóvenes, y las disparidades regionales son significativas, con departamentos como La Guajira y Chocó registrando ingresos laborales hasta un 34% por debajo del promedio nacional.
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La OIT insta a adoptar políticas públicas y programas específicos para promover el empleo decente para los jóvenes, así como a establecer objetivos claros de formalización laboral que garanticen contratos formales y un incremento en el número de cotizantes en el sistema de salud contributivo.
En última instancia, la organización destacó la necesidad de impulsar el desarrollo productivo como un medio para avanzar en la formalización laboral y promover el empleo decente en el país.
