Desde que comenzó el nuevo Gobierno se comenzó a barajar la posibilidad de que en el marco de la reactivación de las relaciones con Venezuela, se activen las importaciones de gas de este país a Colombia. Sin embargo, en las últimas semanas se habrían presentado importantes movidas empresariales para materializar esta negociación.
A finales del año pasado, la agencia especializada Bloomberg reveló que la empresa venezolana Prodata Energy recibió autorización del Gobierno de Nicolás Maduro para exportar gas a Colombia a través del gasoducto Antonio Ricaurte, que en un recorrido de 224 kilómetros sale de los campos del vecino país, cerca al lago de Maracaibo, hasta La Guajira, en el campo Ballenas, y que está inactivo actualmente.
Esta empresa cuenta con un permiso por 30 años y sería la encargada de realizar las reparaciones que requiere el gasoducto y ya suscribió un acuerdo con la estatal petrolera venezolana PDVSA para la compra del gas que comenzaría a ser exportado a finales de este año con un volumen de 25 millones de pies cúbicos diarios. En Colombia la compañía que manejará este negocio será Energy Transitions SAS ESP.
Por su parte, el portal venezolano Armandoinfo señaló que el reciente Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones firmado entre Colombia y Venezuela, cobijará el negocio de las empresas Prodata Energy y Energy Transitions para enviar gas a Colombia.
Además, el ministro de Hacienda de Colombia, José Antonio Ocampo, en entrevista con la cadena Glovisión admitió que esta posibilidad de la importación de gas desde Venezuela es real.
'El gas es un elemento muy importante, Colombia tuvo unos grandes descubrimientos de gas el año pasado, entonces, las necesidades que vamos a tener de importar gas van a ser menores. Sin embargo, en el inmediato futuro sí hay posibilidades interesantes de que Venezuela exporte gas a Colombia', afirmó.
Esta posibilidad genera polémica teniendo en cuenta que a la fecha no hay claridad sobre la decisión de realizar nuevos contratos de exploración de petróleo y gas en Colombia. Lo que sí es claro que la política de transición a la descarbonización de la economía del país que maneja el Gobierno de Gustavo Petro está orientada a que se dependa cada vez menos de los combustibles fósiles por lo que necesariamente a futuro esta industria deberá reducirse.
En este punto la discusión surge frente a la posibilidad de que se ponga en riesgo la soberanía energética del país, pues pasaría de ser autosuficiente en materia de petróleo y gas a depender de importaciones en caso de que sean necesarias ante el agotamiento de las reservas.
Solo en el caso del gas natural, recientemente el dato de las reservas presentado en un informe del Ministerio de Minas y Energía que señalaba que podrían llegar hasta 2037 o 2042 fue objeto de cuestionamientos por parte de diferentes sectores y generó una polémica nacional, matizada por la salida de la viceministra de Energía, Belizza Ruiz. La conclusión del debate es que las reservas probadas de gas de Colombia son de cerca de 8 años.
Frente a lo que serían las importaciones de gas desde Venezuela, la presidente de Naturgas, Luz Stella Murgas, destacó la importancia de que Colombia mantenga su soberanía y autosuficiencia energética y recordó que el gas que se consume en Colombia en 100% colombiano.
Por su parte el ambientalista Camilo Prieto señaló: 'No entiendo cómo hay quienes se oponen a la exploración de gas en Colombia y simultáneamente celebran que se contemple importarlo de Venezuela. Por ser venezolano no deja de ser un gas efecto invernadero y además traerlo genera más impacto ambiental y se vuelve más costoso'.
Otro informe publicado, indicó que el gas que se produce en Venezuela no cumple con las condiciones técnicas ni ambientales para ser exportado a Colombia.