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Una de las consecuencias de los veloces avances tecnológicos vigentes en la actualidad radica en fugaces ciclos de vida de millones de dispositivos electrónicos y eléctricos, los cuales al ser descartados por el consumidor se convierten inmediatamente en residuos.

Conocidos por las siglas RAEE, los residuos de aparatos electrónicos y eléctricos son unas de las corrientes de desperdicios de mayor crecimiento en el mundo y también de alta complejidad en su gestión debido a la composición, que incluye tanto materiales reciclables como sustancias peligrosas.

'Desde un cepillo de dientes electrónico hasta una nevera o un automóvil pueden resultar siendo residuos de dispositivos eléctricos y electrónicos', explicó Sandra Méndez Fajardo, docente e investigadora de la Pontificia Universidad Javeriana.

En Colombia existe un sólido marco legal, con el impulso del Ministerio de Ambiente, para estructurar la recolección y aprovechamiento de los RAEE y las pilas; sin embargo, el avance sigue siendo paulatino.