Tenemos que tener la oportunidad de surgir desde cero nuevamente cada vez que sea necesario porque la vida sigue adelante'. Ese es la máxima de vida de Julia Rodríguez, una empresaria barranquillera que confía en el poder de reinventarse cada vez que sea necesario.
Por más rudas que sean las circunstancias, siempre habrá alguien dispuesto a crear, a soñar y a resistir. El emprender es una acción atemporal y muchas veces ir contracorriente.
'Emprender es arriesgarse. Es salirse de la cotidianidad y de romper parámetros. Y aunque tiene sus riesgos, la habilidad del emprendedor es la que minimizará los riesgos del fracaso y potencializa los del éxito', dijo José Bedoya, director de Desarrollo Empresarial de la Fundación Santo Domingo, una de las instituciones que brinda asesoría a los emprendimientos. El Centro de Oportunidades del Distrito y la Cámara de Comercio de Barranquilla son algunas de las otras instituciones que brindan apoyo.
La pandemia de la covid-19 marcó un antes y un después en la realidad del mundo. El virus obligó a la humanidad a hablar de reinvención, una facultad que delimitó quedarse estancado en el pasado o mirar al futuro con otros ojos.
Resurgiendo desde las cenizas como un ave fénix, muchos de los emprendedores de antes de la pandemia encontraron en la tormenta la habilidad de remar contracorriente y surcar nuevos mares adaptando sus modelos de negocios.
Otros, en cambio, descubrieron en medio de la pandemia esa oportunidad de oro por la que antes no se habían decantado.
Seguir creciendo y apostando por Barranquilla y por Colombia es el común sueño entre los cuatro emprendedores cuyas historias son contadas por EL HERALDO en esta edición.