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Llegó la hora de que el presidente Iván Duque renueve su gabinete ministerial. Pero no se trata de cambiar una o dos fichas para que el tablero no sufra mayor modificación y todo se mantenga como hasta ahora. No es eso. El presidente Duque debe meterle mano al gabinete en serio, mucho más ahora que su gobierno necesita sacar adelante iniciativas que permitan dejar una verdadera impronta de su gestión.

¿Cómo quiere Duque que el país lo recuerde? Esa es la pregunta que -pese a lo transcurrido de su mandato- aún no tiene respuesta. A Álvaro Uribe, para no irnos tan lejos, el país lo recuerda por el ejercicio de autoridad y por su mano dura contra los grupos guerrilleros. Juan Manuel Santos, por su parte, pasó a la historia como el gobernante que negoció la paz con las Farc, la organización guerrillera más antigua del mundo. Pero todavía no sabemos, ¿cómo recordará el país a Duque?

Un buen gabinete es fundamental para una buena gestión. Un Presidente requiere de excelentes ministros para dejar huella. Así como no hay un buen director de orquesta sin músicos talentosos que interpreten las partituras, tampoco puede haber buenos mandatarios sin buenos ministros.

En el caso de Duque, a la hora de las evaluaciones tanto de los especialistas como de los propios políticos, es difícil encontrar en su gabinete uno o dos ministros que tengan un desempeño sobresaliente. Para decirlo en términos académicos: son ministros con calificaciones entre 2.5 y 3.2. Varios de ellos ni siquiera llegan al mediocre 3.0. Y ello para no hablar de la ausencia absoluta de un 'superministro'. Duque no tiene un Vargas Lleras, como lo tuvo Santos, ni tampoco un Horacio Serpa, como lo tuvo Ernesto Samper. Esas figuras controversiales y controvertidas, que compran peleas a nombre del Gobierno y sirven de 'pararrayos' a la hora de las crisis, hacen mucha falta en un gobierno, pues evitan el desgaste de la figura presidencial. En algún momento se pensó que ese papel lo desempeñaría Carlos Holmes Trujillo, pero el lanzamiento prematuro de su candidatura lo puso en el terreno de 'no comprar peleas' para no graduar futuros enemigos políticos.

Consciente de la necesidad de renovar su gabinete y una vez terminados los períodos de alcaldes y gobernadores, Duque consideró que debía hacer los cambios trayendo a su equipo a las figuras más destacadas en las regiones. Con ello -además- recuperaba la gobernabilidad perdida en el Congreso, puesto que tendría no solo gobernantes muy populares, sino con respaldo político.

Una de las primeras 'estrellas' que contactó fue al ex alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, con quien tiene excelentes relaciones personales. Char terminó su mandato como el alcalde más popular del país, con un respaldo superior al 95 por ciento. Tenerlo en el gabinete sería, sin duda, un verdadero golazo por parte de Duque. 'Es como si el Junior contratara a Messi', me dijo un senador barranquillero cuando le pregunté por esa posibilidad. Pero pese a los buenos propósitos de Duque de reclutar a Char, el ex alcalde de Barranquilla está hoy por hoy más interesado en recuperar el 'tiempo perdido' y compartir mucho más con su familia, que en montarse -por ahora- en el potro de un ministerio, que lo único que le podría garantizar sería tener a todas las 'ías' (Procuraduría y Contraloría, entre ellas) atormentándolo día y noche.

Pero, además, Char está muy interesado en el mediano plazo en 'exportar el modelo de Barranquilla', que tantos elogios recibe. 'Quiero ser útil para todos aquellos alcaldes y gobernadores que consideren que pueden replicar el modelo de ciudad que nosotros hemos sacado adelante en Barranquilla. Si en Montería me necesitan, allá estaré, si en Cartagena quieren conocer de nuestra experiencia, con mucho gusto la compartimos. Si en Sincelejo creen que podemos ser útil, vamos y les explicamos nuestro modelo de administración', me respondió Char en entrevista que a manera de balance me concedió para Blu Radio a finales del año pasado. Char tiene, además, compromisos académicos adquiridos con universidades de Estados Unidos.

Otro ex alcalde popular del país que tampoco cedió a los requerimientos de Duque fue Federico 'Fico' Gutiérrez de Medellín, quien tampoco aceptó el reto ministerial. Hasta el momento la única de los 'ex populares' que estaría fija en la carpeta sería Dilian Francisca Toro, ex gobernadora del Valle del Cauca, con quien habría que negociar la cartera que ocuparía. ¿Cómo debería Duque mover el tablero ministerial? ¿Quiénes saldrían y quiénes llegarían?