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El empresario Oscar Ramírez Acevedo, presidente ejecutivo del grupo empresarial G&J, que desarrolla el proyecto de una siderúrgica en Barranquilla con la multinacional mexicana Deacero, aseguró que la principal dificultad que se presentó para la ejecución del proyecto fue la ubicación de las redes de transmisión de energía y que si tanto la Alcaldía de Barranquilla como la Gobernación del Atlántico garantizan una servidumbre pública para ello, el proyecto podría seguir adelante.

La compañía en un aviso de prensa anunció que la junta directiva en reunión especial realizada en Monterrey (México) desistió de seguir adelante con el proyecto que tenía un costo de unos USD30 millones y que estaría ubicado en el corregimiento de Juan Mina, donde compraron un terreno de 34 hectáreas.

Ramírez aclaró que si bien la ciudad cuenta con la capacidad atender la demanda de energía de la siderúrgica, que se calcula en unos 220kw, los cuales se entregarían a través de la subestación Nueva Barranquilla de Transelca ubicada en la Circunvalar, no hubo el 'acompañamiento suficiente' para la ubicación de las áreas de servidumbre por donde se construirán las redes de transmisión energética.

Explicó que los dueños de los predios por los cuales pasaría la infraestructura para transportar la energía 'especularon' con los precios y elevaron los costos exageradamente por lo que se solicitó a la Alcaldía y la Gobernación que dispusieran de una servidumbre pública para tal fin, lo que facilitaría el inicio del proyecto. Esto implica que la infraestructura de torres y cables para llevar la energía de la subestación al proyecto pasaría por terrenos públicos y no privados.

'Esperamos mucho tiempo y no obtuvimos respuesta', señaló el empresario que lidera el conglomerado empresarial de origen boyacense, quien sostuvo que los trámites en Barranquilla 'han sido muy demorados y los mexicanos de cansaron'.

Adicionalmente se debe recordar que desde el 3 de junio de 2014, la Unidad de Planeación Minero-Energética, Upme, emitió concepto favorable para la conexión de la demanda, responsabilidad de la siderúrgica.

De acuerdo con Ramírez, ubicar al proyecto en Barranquilla fue considerado como estratégico para los inversionistas por su condición portuaria y su cercanía a los mercados internacionales. Por los puertos de Barranquilla se mueve el 67% del acero que entra a Colombia.

La demanda de acero de Colombia está calculada en 3,7 millones de toneladas, de las cuales solo 1,3 millones se producen en las cinco siderúrgicas que se operan en el país, el resto unos 2,4 millones de roneladas son importadas. A este mercado le apuntó el proyecto de Deacero, es decir abastecer el mercado interno y también a exportar.

El presidente de la Cámara Colombiana del Acero (Camacero), Andrés Ramírez, explica que la siderúrgica es un proyecto estratégico para Barranquilla y que ellos como gremio acompañaron la iniciativa empresarial desde sus inicios junto a ProBarranquilla.