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La Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma, aseguró que con la decision del Ministerio de Minas y Energía de congelar los precios de los biocombustibles, el Gobierno nacional cambia nuevamente las reglas de juego para la producción de biocombustibles y para la agroindustria de la palma de aceite en Colombia.

El gremio calcula que el impacto inicial de esta medida representa alrededor de $20.000 millones de menores ingresos, durante octubre, para los palmicultores colombianos y las comunidades rurales donde trabajan, lo cual se suma a las pérdidas de cerca de $207.000 millones que los mismos productores tuvieron que asumir como consecuencia del Decreto 343 de febrero 29 de 2016, que suspendió por seis meses los aranceles de importación y la aplicación del Sistema Andino de Franjas de Precios, SAFP, para los aceites vegetales en Colombia.

Fedepalma hizo un llamado al Gobierno Nacional para que revise esta medida y la política para estos sectores y se adopten los correctivos que sean necesarios, para tener 'la estabilidad económica que requiere la producción nacional de biocombustibles y el sector de la palma de aceite, un cultivo de largo plazo, con enormes dividendos sociales en la regiones rurales donde opera'.

'Este cambio permanente en las reglas de juego, por parte del Gobierno, constituye un actuar errático que mina la legítima confianza de los inversionistas y empresarios, compromete la producción nacional de biodiésel y desestabiliza la comercialización de los productos de la palma en el mercado local', señala el gremio en un comunicado.

Agrega que la permanente alteración de las reglas de juego para el programa de biocombustibles y sus materias primas, genera que estas actividades agroempresariales sean percibidas por terceros como negocios económicos inestables y de alto riesgo, y compromete el relacionamiento comercial de muchas empresas del sector, que eventualmente pueden derivar a una situación de crisis financiera o, incluso, de pánico económico.

La agroindustria de la palma de aceite está presente en cerca de 125 municipios y 20 departamentos, localizada en sitios críticos y zonas vulnerables de la geografía nacional como el Magdalena Medio, la región del Catatumbo en Norte de Santander y Tumaco en Nariño, con entornos sociales y de orden público difíciles; está conformada por más de 6.000 productores y genera más de 140.000 empleos formales rurales.