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Durante la jornada y por más de ocho horas de sesión en el Congreso el proyecto de la Ley de Licores fue aprobado. El debate se encendió en horas de la tarde luego de una proposición que nació en la Plenaria del Senado que incluyó a la cerveza dentro del proyecto, lo que de acuerdo con gremios, Gobierno e incluso senadores opositores a esta iniciativa, consideraron como inoportuna.

Teniendo en cuenta lo anterior, los senadores resaltaron que no se podía incluir a la ligera en la ley una bebida tan consumida por los colombianos. A las 5:30 p.m. todo apuntaba a que esta bebida alcohólica se metería en el proyecto y solo faltaba un artículo para dar luz verde al proyecto, pero paulatinamente fueron interviniendo los senadores y antes de iniciar la votación final se reabrió la votación del artículo 19 y se hundió.

Uno de los aspectos clave de esta Ley es el relacionado a la nueva estructura impositiva de los licores, ya que la actual ponía en desventaja a los licores nacionales frente a los importados, dado que hoy se rigen por un solo gravamen específico, según el grado alcoholimétrico, de 297 pesos si es inferior a los 35 grados y de 487 pesos superior por botella de 750 centímetro cúbicos, según explicó Colprensa. Ahora, con el nuevo esquema, se establece una combinación de un impuesto específico de 220 pesos por grado alcoholimétrico y un impuesto ad-valoren del 25 %, con lo cual se nivelan las cargas, pues los licores importados, que son más caros por ser de alta gama, pagarán proporcionalmente más de lo que venían pagando.

En lo aprobado quedó establecida una protección especial para el aguardiente producido en el país, de manera que los departamentos podrán restringir la entrada del mismo y podrán suspender hasta por seis años prorogables de permisos para su introducción. Para los vinos el impuesto específico quedó en 150 pesos por grado alcoholimétrico y un impuesto ad-valoren del 20 %.