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Durante 2016, la economía mundial se ha mantenido en estado de fragilidad. Situación que se ha agudizado por la caída de los precios de las materias primas (commodities), y que coincidió con la desaceleración del crecimiento de las economías emergentes.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras los precios de las materias primas cayeron un 40% desde 2010, el crecimiento mundial se desaceleró: pasó de 7,1% en 2010, a 3,3% en 2015.

Un informe reciente del Banco Mundial señala que los bajos precios de las materias primas están socavando las perspectivas de crecimiento para muchos países ricos en recursos, los cuales experimentaron un aumento en la exploración, la inversión y la producción durante el auge de las materias primas. Países como Colombia, que aumentaron su deuda con base en una previsión positiva de los commodities están en dificultades.

Así bien, en lo corrido del año, en el país, de acuerdo con el Banco de la República, la deuda externa ascendió a $112.786 millones de dólares, es decir, el 41,7% del PIB nacional. El riesgo todavía es latente para el resto de 2016, sobre todo por las amenazas en la calificación crediticia internacional del país, que llevaría a una baja en la inversión extranjera, perjudicando directamente a la industria nacional.

Colombia, a buscar alternativas. En línea con la deuda externa, la caída de los precios de los commodities ha provocado en el país la caída de la moneda, inflación importada y una política monetaria más restrictiva. El Banco Central viene elevando las tasas de interés desde septiembre del año pasado en un esfuerzo para impulsar la moneda y controlar la inflación, producto de los precios externos.

Para Leopoldo Gómez, profesor del IEEC de Uninorte, una economía pequeña, que no tiene control sobre los precios, como la colombiana, sufre las consecuencias de los efectos extranjeros. Esta coyuntura debe ser un buen pretexto para que Colombia se enfoque en el mercado interno frente a estrategias de aceleración de las exportaciones.

'Una enorme mayoría de países desarrollados actualmente, primero desarrollaron el mercado interno y después tuvieron una estrategia de exportaciones. La estrategia de exportaciones, incluso para países que tienen un mercado privilegiado como México, no siempre es adecuada', explica Gómez.

La mejor opción para enfrentar coyunturas de este tipo es implementar políticas industriales enfocadas hacia el cambio estructural, cuyo enfoque esté en industrias intensivas en conocimiento o mano de obra. Un modelo que el país ha tardado en diseñar hasta el momento.

Factores de oferta y demanda. La evolución de los mercados del petróleo ha sido impulsada por la dinámica de la oferta y la demanda. A pesar de que la disminución de los precios se debe principalmente a un exceso de oferta, la débil demanda de los importadores también juega un papel importante en la desaceleración mundial.

De acuerdo con la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), el sector del petróleo en Colombia fue el de menor crecimiento en 2015, pese a registrar una ligera recuperación (creció 0,6% anual, frente a un -1,1% en 2014). En particular, el rubro de mayor crecimiento al interior del sector minero-energético fue el de minerales no metálicos, que creció 6% en 2015, aunque por debajo del 10,2% observado en 2014.

Recuperaciones leves en los precios parecen tener impactos sobre la inversión. Según el Outlook de Banco Mundial, los aumentos de precios de los productos básicos posteriores al año 2000 lograron poner en marcha un auge en la exploración de las materias primas, la inversión y la producción, especialmente en la minería e hidrocarburos. Pero en 2014, muchos proyectos de desarrollo de recursos se retrasaron o quedaron en espera. En América, el gasto en activos fijos en la industria del petróleo cayó a la mitad de su nivel máximo.

Para el Banco Mundial, esto plantea preocupaciones sobre la capacidad de los mercados exportadores de productos básicos para soportar los choques en la economía global.

Perspectivas del petróleo

Según el Banco Mundial, en medio de la mejora de la confianza del mercado y el debilitamiento del dólar, se incrementó la previsión 2016 para el precio del crudo: pasó de $37 a $41, pues se espera que caiga la sobreoferta. Actualmente, el mercado del petróleo crudo se recuperó desde un mínimo de $25 por barril a mediados de enero a $40 por barril en abril, tras interrupciones de la producción en Irak y Nigeria y una disminución de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Sin embargo, se esperarían precios más altos para los productos de energía a lo largo del año. El año pasado se pronosticó una caída del 24,7% en los precios de la energía, incluyendo petróleo, gas natural y carbón, pero la disminución fue de 19,3%. Asimismo, las materias primas no energéticas, como metales y minerales, agricultura y fertilizantes, solo presentaron una disminución del 5,1%. De cara al 2017, el Banco Mundial proyecta una recuperación módica para la mayoría de materias primas, con un petróleo a 50 dólares.