En lo corrido del 2016 se ha mantenido la caída de las exportaciones del país, según el más reciente informe del Dane. A febrero la disminución era de 31,1%, al pasar de USD6.035,9 millones FOB en 2015 a USD4.156,3 millones FOB en 2016.
Las razones son las mismas del año pasado: reducción de 45,2% en las ventas externas de combustibles y productos de las industrias extractivas; caída de 15,4% en productos agropecuarios, alimentos y bebidas; y del 14,8% en manufacturas.
Ante tal coyuntura, el país está expectante de lo que pase con las exportaciones no-tradicionales para contrarrestar la caída de los sectores tradicionales. De hecho, desde hace varios años se viene hablando de la necesidad de estructurar una política industrial que promueva la diversificación. Sin embargo, hasta el momento las exportaciones no-tradicionales siguen disminuyendo a la par con las exportaciones totales.
Por ejemplo, el balance comercial de servicios sigue siendo negativo. A cifras del cuarto trimestre del 2015, la única agrupación que registró una variación positiva respecto al mismo trimestre del año anterior fue servicios de viajes (20,4%). Por su parte disminuyeron los servicios de mantenimiento y reparación (-84,7%), servicios de manufactura en insumos físicos (-42,6%), cargos por el uso de la propiedad intelectual (-23,6%), otros servicios empresariales (-11,5%).
En general, las exportaciones no-tradicionales en 2015 se redujeron un 12,6%, y completa tres años seguidos en contracción.
¿Por qué bajan las exportaciones?
Gran parte de la caída de las exportaciones se explica por el sector de combustibles y productos de la industria extractiva. Las exportaciones de este sector pasaron de USD54.795,3 millones en 2014 a USD35.690,8 millones en 2015.
José Luis Polo, docente de Economía de Uninorte, explica que también tenemos un problema con las exportaciones no tradicionales, que han estado enmarcadas en la importación de los insumos para casi todo lo que se exporta.
'En Colombia, todo lo que exportamos depende de las importaciones; no se produce nada de lo que necesitamos y comemos. Así, ante una alza del dólar y de los insumos, cuando una empresa no puede subir los precios porque son estándares en el mercado internacional, debe reducir su capacidad productiva o empezar a vender en el mercado local', agrega Polo.
La clave es diversificar
A nivel económico, se cree que los bienes que requieren mano de obra no calificada promueven un desarrollo compartido a favor de los pobres, mientras que los bienes que requieren mano de obra calificada generan externalidades positivas para toda la sociedad.
Según el Banco Mundial (BM), lo que importa no es lo que se exporta o se produce, sino cómo se produce. Y esta capacidad no se estimula por medio de intervenciones estatales dirigidas a moldear la estructura productiva, sino por medio de políticas que le permitan al sector privado aprovechar oportunidades para especializarse en las formas más rentables de producción.
Para el BM más que especialización en ciertos productos, lo que diferencia a los países ricos de los pobres es su capacidad de producir los mismos bienes con mayor calidad y la de especializarse en las tareas más sofisticadas dentro de las fragmentadas líneas de producción que imperan en la actualidad.
En Colombia todavía se mantiene la dependencia minero-energética dentro de las ventas externas. El punto crítico es generar una política industrial que garantice un portafolio más diversificado con productos que puedan competir en el mercado internacional.
El Banco Mundial propone enfocarse en políticas horizontales que apoyen el crecimiento de la productividad y de la calidad en las industrias existentes.
'¿Dónde podemos enfocar nuestra capacidad exportadora? En productos con medio o alto valor agregado; sofisticar la industria y dar un salto disruptivo hacia una industria creativa y de propiedad intelectual. Sin embargo, primero hay que hacer una pausa y entender cuáles son las industrias realmente importantes para exportar y desarrollar toda la cadena', comenta Polo.
Esta es una medida a la que el país deberá apostar pensando en el mediano plazo, y no puede seguir postergándose, pues la coyuntura actual evidencia que no podemos seguir dependiendo del sector minero y extractivo para tener un balance positivo en las exportaciones.
Sectores potenciales
El Centro de Aprovechamiento de Acuerdos Comerciales (CAAC) llevó a cabo en 2015 un exhaustivo estudio de potenciales sectores exportadores en cada región del país. La investigación indica que Antioquia y Bogotá-Cundinamarca tienen potencial en los sectores de confecciones y agro, con productos como pantalones, ropa interior y frutas exóticas. Por su parte, el Caribe tendría ventajas en productos agropecuarios como el café y el aceite de palma, pero también deberá seguir concentrándose en la exportación de productos químicos. Finalmente, en el Valle, las oportunidades estarían en el sector siderúrgico y en el procesamiento de artículos a base de cuero.