Mientras Barranquilla se sumergía en un mar de música, goce, fantasía, tradición y emoción, Junior se preparaba en total silencio para lo que es considerado como una ‘final’: el partido de eliminación directa de la Copa Sudamericana contra América de Cali, este jueves en el estadio Metropolitano, a partir de las 7:30 p.m.
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Ya apagado el jolgorio de la mejor fiesta del país, en medio del guayabo moral y físico de muchos de los habitantes de la ciudad, que se encuentran de vuelta en sus oficinas y labores, el juniorismo pone toda su atención en el crucial compromiso contra los ‘Diablos Rojos’.
Por eso la demanda de entradas, que comenzó lenta y escasa, se ha incrementado de buena forma en las últimas horas. Los puntos de venta de boletas físicas y los virtuales se están moviendo con mayor rapidez.
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En medio del pésimo manejo que Junior le ha dado a la boletería con su nuevo operador, W Arena, con el anuncio inicial de vender solo entradas físicas, y el posterior reversazo de poner en funcionamiento nuevamente la comercialización virtual, la demanda de tiquetes para el partido Junior-América no fue la esperada, pero durante este jueves ha mejorado.
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Hasta el miércoles a las 10 a.m. solo se había vendido un total de 2.247 boletas para el cotejo de Sudamericana. Pero hasta las 4:20 de la tarde de este jueves ya se había expendido 8.400 tiquetes. Eso sumado a los 4.100 abonados y a las 3 mil cortesías que entrega Junior a sus patrocinadores y aliados, garantiza un mínimo de 15.500 espectadores, pero seguramente, a juzgar por el ritmo en ascenso, subirá el número de aficionados rojiblancos que adquirirán entradas y asistirá al ‘Metro’.
Las barras del América, que se encuentran enemistadas violentamente con las de Junior por el robo de unos trapos a los fanáticos escarlatas en su sede en Cali, no tienen permitido el ingreso al estadio Metropolitano.
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