Algunos se atrevieron a compararlo con Alberto ‘el Mudo’ Rodríguez. Creían que era un caso como el de Cristian Higuita. Pensaron que se repetía la historia de Matías Fernández. Un montón de aficionados y periodistas dieron por hecho que Nicolás Zalazar extendería la frustrante saga de jugadores que pasaron sin pena ni gloria por el equipo rojiblanco y se mantuvieron más tiempo en departamento médico que en la cancha, como el defensa peruano, el volante caleño y el creativo chileno, entre muchos otros.
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No eran justas, pero sí comprensibles, teniendo en cuenta los antecedentes mencionados, las suspicacias, los lamentos y el pesimismo de parte del juniorismo con la serie de episodios infortunados que se le presentaron al argentino al llegar a Junior a principio de año, tras la grave lesión de Rafael Pérez.
Su génesis en el equipo resultó un apocalipsis: se contagió de dengue, se lesionó gravemente después de tan solo 10 minutos de debut en un partido ante América en Cali, y luego, lo verdaderamente triste e irreparable, falleció una persona muy especial para él. Acumuló demasiado tiempo sin jugar, sin mostrarse. Todo mal.
“Sí, fue un poco medio atípica la situación que me tocó en Junior. Durante toda mi carrera nunca tuve dos lesiones seguidas. Tuve un esguince en el tobillo hace seis años, y un desgarro en el músculo recto hace dos años. Nunca más tuve una lesión. Llegué muy ilusionado y dispuesto a brindarme al equipo, al cuerpo técnico y a los compañeros. Encontré un clima muy lindo. Primero pasó lo del dengue, me recuperé de eso, entré a una semana normal y estaba muy contento porque jugábamos contra un gran rival como América, y solo pude jugar diez minutos, no lo podía creer. Después tuve la pérdida de un familiar, mi abuelo”, contó Zalazar en una entrevista publicada en EL HERALDO el 1 de mayo, cuando todavía no reaparecía en el equipo, Arturo Reyes seguía siendo el DT y una porción de la afición juraba que era otro ‘Mudo’ Rodríguez.
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LA LLEGADA DE FARÍAS LE ABRIÓ LAS PUERTAS
Pero este defensa argentino no resultó un fiasco, para nada, este no tiene ningún vestigio de vagancia ni descaro como el peruano, que en un programa en su país se burló de la jugosa suma de dinero que alcanzó en Junior con cero esfuerzo. Este sí habla dentro y fuera de la cancha, sobre todo adentro, donde se ha convertido en un indiscutible bastión de la defensa del Junior que lucha por un cupo en la final de la Liga II.
La llegada de César Farías a la dirección técnica lo sacó del ‘cuarto de San Alejo’ en el que se encontraba bajo el mando de Reyes, que prefería otras opciones, incluso después de las duras lesiones de Jermein Peña y Rafa Pérez (nuevamente).
“Trato de disfrutar los partidos, más cuando jugamos de local, con la gente, porque durante mucho tiempo los viví afuera. Hubo partidos de Libertadores, partidos importantes del club, y yo estaba mirándolos desde afuera. Y bueno, hoy los disfruto, pero siempre con seriedad y compromiso, son los últimos partidos los que nos pueden llevar a otro título, que es lo que quiere el hincha, que es lo que quiere la gente del club y nosotros mismos, todos”, comentó Zalazar en unas palabras difundidas por el departamento de comunicaciones de Junior.
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LA SANGRE GAUCHA HA SIDO VITAL
‘El Dengue’, como lo bautizó jocosamente Vladimir Hernández, vuela y contagia con su fútbol total, porque no solo defiende, conduce y reparte la pelota con criterio y valentía. Escuda, empuja, apoya, emprende, anticipa, toca, elude, acompaña, patea, cabecea, se desmarca.
Sin duda es un impulso vital en el equipo junto a su compatriota Emanuel Olivera, con quien ha afianzado una segura y corajuda pareja de zagueros que guía y sostiene a Junior en todo momento. Se entienden de maravilla y aportan un buen caudal de sangre gaucha, que siempre se ha mezclado exitosamente con la barranquillera durante los 100 años de historia del club.
“Estoy muy contento porque esto es a lo que vine yo desde el principio del año. Me tocó jugar esta última parte y la verdad que me siento contento por el nivel. En los primeros partidos no estaba a gusto en lo personal porque no daba lo que yo estaba queriendo dar. Después me pude empezar a conocer un poco más con ‘Ema’, jugando, hablando, compartiendo cosas. Hoy nos entendemos ya al mirarnos. Ya sabemos a dónde tenemos que salir, a dónde tenemos que ir, cómo tenemos que marcar”.
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‘El Turro’ Olivera había confesado hace un tiempo, en una charla con Benjamín Henao, integrante del equipo de comunicaciones de la institución rojiblanca, lo que le había dicho a Zalazar en un encuentro familiar: “Vamos a hacer historia en Junior, vamos a quedar campeones los dos argentinos de acá en la zaga central”.
“JUGAMOS CON UN PLUS CUANDO EL ESTADIO ESTÁ LLENO”
Zalazar, ausente en la primera parte del juego que Junior le igualó agónicamente al Once Caldas, el jueves anterior, en medio de la rotación que implementa Farías para evitar el desgaste físico de su nómina en la seguidilla de partidos, aspira a festejar victorias en los dos partidos consecutivos en el estadio Metropolitano contra ‘el Blanco Blanco’ (domingo, 6:30 p.m.) y Deportes Tolima (miércoles).
“Fue un empujón anímico empatar ese partido sobre el final, poder sacar un empate de visitante. Ahora nos tocan en casa dos partidos seguidos. Sabemos que tenemos a nuestra gente al lado, y lo que significa esta clase de partidos. Si se ganan, estás cada vez más cerca de ese anhelo, de ese deseo de poder volver a jugar una final”, declaró Zalazar, que espera un ‘Metro’ repleto.
“Jugamos con un plus cuando ese estadio se ve lleno”, apuntó.