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Se acabó la paz. La buena relación que venía existiendo entre las barras de Junior y Atlético Nacional en los últimos años, lo cual ha permitido que ambas aficiones puedan visitar los estadios del otro sin mayores inconvenientes, se vino a pique este jueves en el partido que ambos equipos disputaron en el estadio Atanasio Girardot de Medellín

Seguidores de ambas escuadras se trenzaron en una violenta riña en las tribunas que dejó saldo de 20 aficionados heridos. Con palos y armas cortopunzantes, verdes y rojiblancos se desafiaron y agredieron en medio de estampidas y susto generalizado de muchas personas que nada tienen que ver con ese tipo de incidentes.

Pero qué pasó, qué fue lo que alteró la armonía y tranquilidad que se venía respirando en ambos bandos y que permitió la masiva presencia de junioristas en el Atanasio Girardot. ¿Qué pasó en todo este tropel que derivó la suspensión del juego por falta de garantías cuando Nacional lo ganaba 2-0 con goles de Andrés Román y Marino Hinestroza al minuto 52?

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Según personas consultadas por EL HERALDO, luego del 2-0 parcial conseguido por Marino Hinestroza, al minuto 52, se armó la tángana en la tribuna noroccidental del escenario paisa. Fanáticos verdolagas empezaron a restregarle el gol a los hinchas de Junior. Comenzaron las provocaciones, las burlas, los dimes y diretes y se desató la furia de ambas partes.

Los de Junior se fueron encima de hinchas verdes de la tribuna occidental y de la gradería de norte. Los locales respondieron y hubo golpeados, caídos, apuñaleados y maltratados. La Policía reaccionó tarde ante la situación y como que no tenía la suficiente protección y separación para evitar choques entre las partes.

En la trifulca, unos barristas de Junior se robaron un ‘trapo’ de una de las barras de Nacional que se ubica en la tribuna norte, lo cual le echó más leña al fuego.

En videos que se han visto en las redes sociales se puede observar como seguidores del equipo rojiblanco que se desplazaron a la capital de Antioquia corrieron e intentaron ingresar a la cancha en busca de un refugio.

Los futbolistas de Junior empezaron a ayudar a los heridos que bajaban desesperados para aislarse de todo el tropel.

El árbitro Nolberto Ararat, al ver la gravedad de la situación, frenó el compromiso y mandó a los equipos al camerino para que no salieran agredidos por los hinchas que ya estaban en el terreno de juego.

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En las afueras del escenario deportivo, de acuerdo a los reportes, siguieron los incidentes y se escucharon las bombas de estruendo de la Policía para dispersar a los revoltosos.