Cuando el árbitro antioqueño Wilmar Roldán pitó el final del encuentro en el estadio El Campín Bogotá, uno a uno los jugadores del Junior fueron saliendo del campo, cabizbajos, con destino a los camerinos.
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La derrota ante Millonarios en la Superliga pegó duro en un grupo de jugadores que se fueron cabizbajos de la fría capital. EL HERALDO hace un recuento de lo que fue el ambiente tras la caída.
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Cuando el árbitro antioqueño Wilmar Roldán pitó el final del encuentro en el estadio El Campín Bogotá, uno a uno los jugadores del Junior fueron saliendo del campo, cabizbajos, con destino a los camerinos.
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