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De a poco, Carlos Bacca vuelve a sonreír. Fueron varios días donde el silencio fue su mejor arma ante las críticas y los señalamientos, muchos justos otros injustos. Lo cierto es que los goles no entraban y eso hizo que la memoria de muchos —no de todos— borrara la imagen de ese goleador insaciable que tantas alegrías y títulos le ha dado a Junior.